jueves, 25 de agosto de 2011

La música clásica busca abrir fronteras.


El Centro Ciudad de Rafaela presentó el pasado domingo 7 de agosto, en el Teatro Lasserre, su reconocido Ciclo “Música de Cámara”. En esta oportunidad a cargo del “Cuarteto de cuerdas Velv”, con el apoyo de siempre de la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura.


Había una vez un dicho popular que sigue teniendo vigencia. “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, dijo alguien alguna vez. Tan popular su significación como actual su contenido. Hoy renueva esta frase un comentario para el caso de la música de cámara. La voz que lo convoca es la de uno de los integrantes del cuarteto de cuerdas Velv, Sergio Franchi, que al momento de deslizar lejanamente un deseo, dejó palpitando la necesidad de que en el interior del país la música recorra nuevos carriles y se mueva por otros andariveles, más propios tal vez, más legítimos quizá. Los deseos se dicen, algunos se repiten, habrá que dejar al tiempo y varias voluntades más hacer lo suyo. Así, parece que algunas veces la historia también quiere contarse de otro modo.
El Cuarteto de Cuerdas “Velv”, se encuentra integrado por Victoria Díaz Geromet, Sergio Franchi, Lucia Gerelli y Virginia Núñez. Es una agrupación formada hace cuatro años, por éstos jóvenes músicos que decidieron juntarse para poder dar vuelo libre a sus inquietudes. La formación clásica de dos violines, viola y violoncello es, tal vez, la instrumental de cámara más importante en la historia de la música debido a su gran posibilidad sonora y técnica.

Formación versátil.

En diálogo con Sergio Franchi, comentó que desde el 2009 comenzaron a formar parte de una Orquesta de Cámara denominada “CamerataEletheria”, donde realizan obras clásicas, barrocas, situadas básicamente antes del año 1800. Esta orquesta se encuentra dirigida por el profesor Manuel Marina y está integrada por veinte jóvenes. Los orígenes del cuarteto se inspiraron en esta trayectoria anterior y desde abril comenzaron a trabajar.
“Dentro de la música de cámara, no de orquesta sino de grupos reducidos de gente, el cuarteto de cuerdas es una de las mejores formaciones porque es muy versátil y permite hacer varios estilos”, definió Sergio al momento de hacer referencia a la formación. Cuenta con cuatro voces, como el coro que tiene bajo, tenor, contralto y soprano, el cuarteto tiene violoncello, viola y dos violines. En este sentido, al ser cuatro voces, permite ampliar las posibilidades de sonidos y acordes, permitiendo también realizar muchas combinaciones.

Potenciar el interior.

Uno de los objetivos que anuncian los músicos que a su vez participan de la “CamerataEletheria”, es presentarse con esta agrupación en varios lugares, recorrer y llevar la música ampliando fronteras. Entre los defectos o las fallas que ocurren con la música clásica, expuso Franchi, “es que todo pasa en Buenos Aires, están las mejores orquestas, la ópera, el teatro Colón, mientras que en el interior no hay nada o hay muy poco”. Ante esta realidad y los inconvenientes que se deducen de un planteo tan conocido, la propuesta es generar precisamente un cambio que apueste a la música y amplíe sus extensiones. “Ocurre que si quisiéramos hacer un curso o estudiar, no quedan demasiadas opciones, tenemos que viajar a Buenos Aires o vienen maestros de afuera, porque pareciera que en el interior no pasa nada. Por eso justamente la idea es generar movimiento”.

Programa y presentación.

En esta ocasión el programa elegido se dividió en dos partes; la primera formada por la música de Joseph Haydn; cuarteto de cuerdas OP 20 N° 5 en fa menor, integrado por: “Allegro Moserato”, “Menuetto”, “Adagio” y “Finale” (Fuga de due Soggetti). La segunda parte junto a Franz Schubert: Cuarteto de cuerda N° 14 en re menor, D. 810 “La muerte y la doncella” con “Allegro”, “Andante con moto”, “Scherzo. Allegro molto. Trío” y “Presto”.
La elección de Joseph Haydn, no es azarosa, sino que según las palabras de Franchi es ni más ni menos que el padre del cuarteto de cuerdas y uno de los compositores más prolíficos. “Lo elegimos porque nos vino muy bien para trabajar cuestiones técnicas y grupales de armado y ensamble. Y Franz Schubert porque era una obra que vimos alguna vez cuando estudiamos en la orquesta y la quisimos rescatar”. Además puntualmente La muerte y la doncella, “está basada en una canción que es original para canto y piano, que este autor la transformó en un cuarteto de cuerdas y es una de las obras más famosas del compositor”.
Hacer música en general, pero cuarteto de cuerdas en particular es un trabajo bastante arduo, comentó el referente del grupo. “Cuando es como en este caso música en grupo y sin director, hay que buscar una complicidad necesaria al momento de coordinarnos para tocar. Uno se va conociendo, eso se va puliendo y lleva su tiempo. Los cuartetos más famosos del mundo, tienen veinte o treinta años de estar juntos y cuentan además con todo ese tiempo necesario de maduración”, argumentó el músico.
Como en todas las ocasiones que el Teatro Lasserre se viste de gala para estas presentaciones, de este modo se completó una vez más una representación que no tuvo desperdicios, impecable e impactante, el pasado domingo se pudo reeditar nuevamente un elogio para la mejor música en un formato que merece distinciones y como siempre, suma destrezas.


Ana Paula Rosillo.



Addenda presenta su nuevo disco en el Teatro Lasserre.


Con 16 años de trayectoria, revalorizando el esfuerzo de quienes creen y apuestan por la buena música y por hacerle un lugar en nuestra ciudad, La Asociación Cultural Otras Voces y el Centro Ciudad de Rafaela, organizadores del Ciclo de Música Popular, presentarán el Sábado en el Teatro Lasserre a la agrupación local Addenda, quién en esta ocasión repasará sus canciones de siempre y estrenarán su nuevo disco; “Aljibe ando girando”.

Hernán Castaño, al regreso de su viaje a Chile cuando corría el mes de mayo del año de 1995 en diálogo con Diego Trucone decidió formar una banda y, por un hecho azaroso en la conocida Casa de música Marcucci, al cruzarlo a Ricky Gigena, como sucede a veces con los designios del destino, apareció el guitarrista que los acompañaría durante los posteriores 16 años. Nadie sabía entonces que se estaba escribiendo el inicio de una de las bandas más legendarias de la ciudad. Tampoco nadie sabía que el mítico encuentro dejaría a Diego y Ricky como referentes del grupo durante tanto tiempo. Hoy Castaño se dedica a la batería, Trucone al bajo y Gigena se desempeña en guitarra y voz.
Según cuenta la historia y si bien Hernán Castaño fue el gestor, al año y medio se fue, para volver más adelante, mientras desfilaron hasta cinco integrantes en diversos momentos, entre ellos, Cristian Masachesi, Nano Juan, Ignacio Canavese, Ale del Bono, Mario Borgna y Diego Kestler. Estos recovecos, estas idas y venidas, estas fusiones y el tiempo en el medio como indicador de la vida que pasa, le dejó a Ricky cierta admiración hacia aquellas agrupaciones que a pesar de los años, mantienen en pie su música y sus ideales. El camino recorrido, dejó huellas que permanecen hoy intactas, “me dejó todo esto un gran aprendizaje”, explicó “de cada uno de los músicos, de los eventos y de las cosas que hemos vivido guardé algo que me enriqueció”.
Al principio grabaron desde la agrupación demos y melodías cortas, en el 2002 apareció su primer disco “Envíos a domicilio”, con Hernán en batería, Diego Ravasio en flauta, y en el 2008 grabaron “Luz de pájaros” con Nano Juan en guitarra eléctrica y Kestler en batería.

Aires de cambio.

Hacerse lugar en la música, acercarse a la necesidad de valorizar su trabajo artístico, apuntó el referente de Addenda “pareciera que en el caso de los músicos nos ha costado mucho, no así a la gente del teatro o de la fotografía”. Mirando hacia el futuro y con la intención o el deseo a cuestas de imaginar cambios posibles, manifestó que la esperanza radica hoy en los más jóvenes que guardan las ganas y las energías para luchar. En referencia a tiempos pasados, recordó “laburábamos muchísimo durante horas ensayábamos tres veces a la semana a veces con tres horas por ensayo, después íbamos a un bar, a veces no nos pagaban lo que pedíamos y lo terminábamos haciendo porque nos dejen tocar y mostrar lo nuestro”. Siguiendo el hilo de la intencionalidad que dispara este argumento, el referente de Addenda, manifestó la necesidad de un cambio y de espacios colectivos que ofrezcan un ámbito de encuentro para los músicos y su público. Muchas veces en la ciudad ocurrió que “el boliche se armaba porque iban grupos invitados, después las bandas desaparecían mientras que el boliche seguía funcionando”, y por eso terminar con esta idea implicaría reactivar nuevas propuestas que no sólo serían positivas para Rafaela sino que convocaría a articular nuevos espacios para un público real.

Un caso emblemático.

Un espacio que durante mucho tiempo se ha dedicado a cobijar las bandas fundamentalmente de rock pero también ofreció cierta apertura hacia otros estilos, fue La Mula, precisó Gigena. “A pesar de lo complejo que puede ser tener un bar si miramos el tema de las ordenanzas y las leyes, La Mula respetó desde hace diez años y desde siempre a los músicos como también sus presentaciones ante el público”.
En un paréntesis aparte destacó un reconocido agradecimiento a la agrupación Otras voces y al Ciclo de Música Popular, “es bueno y necesario para la ciudad y es un aporte muy grande para el espectador”, refirió el músico.


El Show y el disco.

El motivo central del espectáculo que Addenda ofrecerá el Sábado 13 de agosto a las 21 y 30 hs en el Teatro Lasserre se denomina “Algibe ando girando”, es un disco grabado por los tres integrantes del grupo en Rosario en el estudio de Carlos Altolagirre, llamado Blueroom, quién en esta oportunidad va a operar desde el sonido durante el evento.
La presentación del disco incluirá también canciones viejas y nuevas y un poco de cada época, con muchos invitados, entre ellos, Coco Dominguez en guitarra, Diego Ravasio en flauta traversa, Jonatán Santillán en violín y Facundo Rubino en trompeta.
Al momento de referenciar la banda y su último disco, Gigena comentó “Addenda siempre fue una amalgama de muchas cosas y en este disco hay mucho funk, mucho soul, algunas cositas folclóricas, otras ligeramente más subidas de tono y algo de rock and roll”.
De cara al futuro, parece que hay algunas referencias interesantes de personas que ya escucharon su última producción y se mostraron interesados, “nos llamaron de Buenos Aires, hubo gente que de Santa Fe le gustó como sonaba la banda. Nuestra idea es seguir divirtiéndonos y haciendo música que es lo que más nos gusta”, concluyó.

Ana Paula Rosillo.

Ana Prada no está sola.


El Ciclo de Música Popular que organizan la Asociación Cultural Otras Voces y el Centro Ciudad de Rafaela continuará sus presentaciones el Sábado 6 de Agosto a las 21:30 en el Teatro Lasserre con el recital de la cantante uruguaya Ana Prada, quien presentará su último c.d. “Soy Pecadora”.

Ana Prada es una compositora, guitarrista y cantante uruguaya que inicia su carrera profesional junto al cantautor Daniel Drexler, cuando en 1994 integra el grupo “La Caldera”. Como solista comienza en el Año 2006 cuando edita su primer disco “Soy Sola”. Este primer trabajo ha merecido muy buenas críticas y ha sido editado en Uruguay, Argentina y España. La artista uruguaya ha merecido entre otras cosas tres nominaciones a los Premios Graffiti 2007 (Revelación del año, Mejor solista del año y Mejor productor del año), una nominación a los Premios Gardel 2007 y ha sido clasificado por la revista Rolling Stone como álbum revelación 2007. El año pasado editó su segundo disco “Soy Pecadora” en Argentina, Uruguay, varios países de Latinoamérica y España. En la apertura del espectáculo en esta oportunidad se presentará la cantante uruguaya Lea Bensasson acompañada por el guitarrista Diego Rolón.
Ana ¿cuáles son los recuerdos de tu infancia en Paisandú?
- Tengo recuerdos muy oníricos en el sentido de que fue una infancia muy linda. Si bien me crié en la ciudad de Paysandú, era en un barrio donde no había rejas. Mis padres hicieron su casa ahí cuando se casaron que es donde viven actualmente. Los gurises teníamos mucha libertad de juntarnos en los terrenos baldíos a jugar al fútbol o hacer casitas. Jugábamos siempre vinculados con la naturaleza, generalmente al aire libre y en lo verde, siempre había algún vecino que tenía una huerta o algún caballo y teníamos mucho contacto con la naturaleza y los animales. Tuve la posibilidad de tener perro, gato y creo que hasta un pichón de ñandú. Esos son los recuerdos de la infancia de mucha libertad, independencia en el juego y mucho juego en grupo. Mi padre era ingeniero agrónomo, mi madre docente, éramos de clase media pero siempre nos mezclamos todos sin importar las diferencias.
- Otra cosa que me marcó mucho en la música fue el haber participado del coro de la escuela, me lo tomaba muy en serio. Me acuerdo que vocalizaba según las instrucciones de la profesora Marta que hasta el día de hoy me acuerdo de ella. También un taller de música y canto que tuve con grandes docentes que estaban en ese momento destituidos porque era tiempo de dictadura. Durante toda mi infancia había muchos maestros que no podían trabajar en la educación formal pero tenían una calidad humana impresionante. Hacían talleres de canto, talleres de expresión y eso también me ha marcado mucho con aquello que tiene que ver con sensibilizarse a través de la música. Recuerdo que a veces escuchábamos música y dibujábamos, a veces hacíamos música y tocábamos instrumentos, fue un acercamiento muy lindo y desde muy temprana edad.
- Además mi padre siempre tocó la guitarra y varios instrumentos, el piano, el acordeón, tenía hasta un trombón en casa y sin ser profesional era muy capaz. Todo esto me fue nutriendo y creando pequeños escenarios domésticos, porque cuando uno canta para los amigos o la familia es casi lo mismo que estar en un escenario. Esos fueron los mejores recuerdos de la infancia porque también creo que criarse en el interior es muy distinto a criarse en un departamento en una capital.
- Tus discos encierran algo de esta magia de lo familiar y de ese aire de campo de la infancia.
- Eso es algo que queda en algún lugar de la memoria emocional. Tuve la suerte de tener una familia, un amparo, un hogar. Esa memoria de esos lugares por más que formen parte de la fantasía siempre aparecen en las canciones aunque ya de otro modo.
- ¿Cómo te iniciaste en el camino de la música?- Profesionalmente empecé a cantar con Daniel Drexel (que es mi primo) cuando tenía 19 años él armó una banda con sus canciones, tocábamos por La Paloma y la zona costera y ahí fue la primer vez que me gané unos pesitos. Todo escenario te enseña desde el más chico al más grande y ahí fueron mis fogueos de tener conciertos todos los días y andar de acá para allá. Por su puesto mientras todos estudiábamos, porque era a la vez un mandato familiar. Por un lado tenía lo de la música y por otro estudiaba, me recibí de psicóloga, siempre el estudio fue una constante en mi vida y era de lo que uno iba a vivir. La opción de vivir de la música es algo que ahora se baraja de una manera más natural en Uruguay, en Argentina o en el mundo. Después la vida misma me fue llevando a dedicarme exclusivamente a esto y tomarlo como profesión.

Soy sola; un disco que abrió caminos para no estar sola.

- ¿Cómo definirías tus dos discos, podrías mencionar alguna idea síntesis en cada uno de ellos?
- “Soy sola” fue como golpear una puerta y pedir permiso para mostrar mis canciones. Más que nada Carlos Casacuberta me impulsó, fue productor del disco y quién de alguna manera confió en mí antes que yo. Estaba trabajando con el cuarteto La otra, proyectos preciosos y si bien tenía una necesidad de tener algo propio, no veía con claridad si esas canciones estaban buenas o no. Otra pata de este primer disco fue Elvira Rovira que fue coautora de varios temas y estuvo vinculada a la producción ejecutiva, mientras con Carlos trabajábamos en lo artístico y grabábamos. Salió el disco tuvo buenas críticas, a la gente le gustó, empecé a armar la banda para presentarlo y comenzó a formar parte de mi manera de vivir. Fue el disco que me abrió los caminos para componer, tocar y hacer música.

Un concepto valiente


- “Soy pecadora” vino después de haber viajado, de haber conocido a Queyi que es una gran cantante y compositora española de Madrid. Se me abrió otro panorama totalmente diferente, nunca había estado del otro lado del océano y no conocía. Me nutrí de otras músicas, otra gente y otros paisajes. Es un disco que me agarra más firme y me animo a decir más cosas. Lo más lindo que te puede pasar es que lo que es tan de uno, les sirva a otros, toque la intimidad de otros que se sientan identificados con esa obra. En ese sentido “Soy pecadora” es un disco valiente y también alude a la condición de la mujer, de lo que nos cuesta gozar o disfrutar sin culpa, como del precio moral que tenemos que pagar por eso. Siempre caemos desde el lugar del pecado impuesto por las religiones, venimos de una civilización judeo cristiana donde el peso de la culpa y el deber están muy presentes. Todo eso generó una identificación con muchas mujeres de todo tipo y edad.
- Pariera como dice una canción tuya que éstos discos te han dejado en “otro lugar”.
- Si, me siento muy afortunada porque las cosas me han explotado delante de los ojos para que las pudiera ver. La vida misma me fue dando las oportunidades, mucha gente me dio una mano, mucha gente trabaja conmigo y me ayuda a componer y a grabar los discos.
- ¿Qué desearías para el futuro de tu carrera?
- Seguir de a poco por este camino que es lento y al mismo tiempo muy efectivo, siento que cada piedrita que vamos poniendo hace lugar al mismo cimiento. Quisiera que a la gente le guste el show, lo recomiende, que cuando vuelva a Rafaela tengan ganas de ir de nuevo. Me gustaría poder seguir haciendo canciones que a la gente le sirva para algo, que le alimente el alma y se sientan identificados. Seguir este camino, recorrer más lugares. Vamos a estar tocando en Brasil en breve, me voy para España, estamos con muchos proyectos, con un disco para niños y mucho por delante. Agradeciendo todos los días que uno vive de lo que le gusta y que encima trabaja con el lado lindo de la gente, llevándole alegría y compartiendo buenos momentos.
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- Ana Paula Rosillo.

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domingo, 17 de julio de 2011

Había una vez una familia argentina.


Crítica. La familia Argentina.

Un living cómodo para sostener las nuevas y pesadas incomodidades de un matrimonio en crisis es lo primero que aparece en escena. De a poco como en un largo camino asediado de grietas, se suman las particularidades que harán estallar gritos violentos y gesticulaciones cargadas de agresividad para terminar por consumar el destino supremo de la crisis central. Un hombre, dos mujeres y el conflicto, presentan una familia resquebrajada por la unión amorosa entre el marido (Luis Machín) de la madre (Claudia Cantero) y su hija (Carla Crespo).
El desconsuelo de saber y el regodeo de la verdad manifiesta es el eje que sostiene la dinámica del episodio que con el transcurrir del tiempo va perdiendo dudas y sumando claridad, deshilvanando así en una sospechosa transparencia. Progresivamente Laura, una madre desesperada rastrea la necesidad de nuevas preguntas que continuamente y, en silencio, espera a su vez el espectador en la oscuridad de la sala. Las piezas encajan casi a la perfección, mientras la narrativa sostiene de este modo la presencia indiscutible de tres excelentes actores en escena que, mantienen intactas y de modo permanente la creación de una multiplicidad de suspicacias e hipótesis, que funcionan como indicios articulando el relato y confiriéndole dramatismo y vigencia a una puesta excelentemente dirigida.
Una madre que es madre y esposa, parece tener la necesidad de soportar lo insoportable, no puede escapar de un saber que en apariencias condiciona su condición, instalándola en un terreno inquieto, inseguro, inestable pero insistente. No puede irse y aunque quisiera, sale pero vuelve a entrar, no puede retirarse del reducto que contiene encerrados largos años de una vida y de un matrimonio que se resquebraja invariablemente ante cada nueva explicación de Carlos y su hija. El tormento de la especificidad de las explicaciones trastoca los vínculos, que a su vez son puestos en tela de juicio. La obra pone de manifiesto una mujer, que ultrajada en sus sentimientos maternales resulta traicionada doblemente, una hija que sin preconceptos seduce y se convierte en madre de un hijo de su “padre” y un padre que reniega de su condición y a su vez transforma a su esposa en suegra. Estallan los límites racionales, la filialidad se encuentra cuestionada, mientras el drama localiza sus artimañas en un cerrado círculo endógeno.
Trastocados los lazos filiales, las relaciones parentales se modifican y renacen pares antagónicos por momentos inconciliables. Estallan los vínculos entre los dilemas de una estructura incestuosa, acompañada por un texto que recrea espontáneamente un compendio de humores irónicos, salvajes y violentos.
Juego de iluminación, el tiempo que pasa mediante una gran elipsis para que vuelva a reaparecer el exmatrimonio pero en una nueva condición. La hija no está, después del viaje a Francia decidió quedarse sin Carlos. La familia quedó como estaba, desmembrada, pero ahora no hay forma de recomponer el quiebre. Otra escena ambientada en el mismo living, que no parece el mismo, condensó años de tres vidas entremezcladas en algún momento unidas por un mismo destino y finalmente separadas por un artilugio idéntico y poco azaroso. Más allá o más acá de las elecciones conscientes o no, la traición hizo lo propio, la validez del enjuiciamiento social tejió sus redes, los vínculos deshechos pusieron de manifiesto las particularidades de una familia argentina, ésta o cualquiera. Ure quiso retratarla a fines de los ’80, hoy pareciera que a la Argentina de este texto no le habría pasado el tiempo. Un clásico en mano de Banegas con actuaciones impecables. El resto, fue dicho.


Ana Paula Rosillo.
Julio 2011.

Ficha Artística y Técnica.
Autoría: Alberto Ure.
Actúan: Claudia Cantero, Carla Crespo, Luis Machín.
Diseño de vestuario: Greta Ure.
Diseño de luces: Gonzalo Córdova.
Fotografía: Andrés Barragan, Carlos Furman.
Diseño gráfico: Sebastián Mogordoy.
Asistencia de dirección: Francisca Ure.
Producción ejecutiva: Luciana Sanz.
Producción General: Domingo Romano.
Dirección de arte: Juan José Cambre.
Dirección: Cristina Banegas.

El teatro que mira al cine.




"Qué pasó con Baby Jane", una propuesta de Romina Mazzadi.

Basada en la película "Qué pasó con Baby Jane" de Robert Aldrich de 1962, en este caso Romina Mazzadi Arro por Hijos de Roche, desde Rosario trae al festival una propuesta que combina cine y teatro en las actuaciones, la estética y la escritura de una puesta que resultó ganadora del Concurso de Coproducciones organizado por la Secretaria de Cultura de la Municipalidad de Rosario durante el año pasado. Este espectáculo que cuenta con las actuaciones de Elisabet Cunsolo y Paula García Jurado, ya se presentó en Foro Universitario de la Ciudad de Santa Fe, la Fiesta Provincial del Teatro de Rosario y el Espacio Bravo de Rosario.
Para introducirnos vale conocer algo del argumento que dice así; Baby Jane es una niña caprichosa que triunfa en el mundo de la canción infantil. Su hermana Blanche, siempre a su sombra, es una niña triste incapaz de conquistar el amor de su padre. Pasado el tiempo las cosas cambian: la retraída Blanche se convierte en una gran estrella del cine, mientras que la antigua niña prodigio Jane, despreciada por productores y directores por su falta de talento tiene que sobrevivir gracias a su hermana. Una noche, un brutal y dudoso accidente deja a Blanche postrada y las recluye para siempre en su sombría mansión.

La obra en proceso.
Baby Jane, está basada en una película "Qué pasó con Baby Jane" del año 72, “la idea fue trabajar como una especie de reproducción, la versión se hizo para teatro y es la reproducción de un set de filmaciones”. Mientras que en Rosario la puesta se realizó en una casa, en Rafaela ayer debutó y también podrá verse el viernes en el Centro Cultural Municipal (Sala Sociedad Italiana), “la vamos a hacer donde era el Liceo, tratando de recuperar el tema de la casa antigua que es donde se desarrolla la obra”, disparó su directora. Con registros bien utilizados desde el planteo de la película, algunos exagerados donde se habla un poco en inglés y un poco en castellano, “tratamos de mantener mucho del filme, la iluminación, el vestuario, los maquillajes, como una especie de homenaje”.
A partir de la adaptación del texto y de una cuidadosa búsqueda de las escenas estructurales, las actrices realizaron improvisaciones y luego se escribió el guión final. El trabajo se efectuó primeramente sólo con la escritura y luego recogiendo, interpretando y analizando partes del guión. La utilización de la casa, los recorridos remitiendo a la imagen del set de filmaciones permitió pensar en el proceso dramático y articular nuevas búsquedas narrativas. Sin dudas, las remisiones a la película son muchas, sin embargo el guión se encuentra totalmente adaptado, mientras que en la obra está pensado para dos mujeres en la película hay más personajes, en este caso el guión es para teatro y por eso adquiere otras connotaciones. Puntualmente la obra se sitúa en el último día, cuando la tortura ya empezó y se resume todo de un modo estrictamente teatral.
En la película expresó Romina, “existen dos registros, me llamó la atención porque justamente está planteada en dos registros diferentes y acá también. Hay un personaje que es psicótico más que exagerado y el otro, un personaje más realista. Trabajamos sobre esa línea, nos propusimos ahondar en dos registros y ver qué pasaba”, dijo al dar cuenta de cómo fueron presentando el desarrollo de la construcción de cada uno de los personajes.

Cine – Teatro.
Las correspondencias entre cine y teatro conducen invariablemente a muchas reminiscencias, si bien su directora apunta que el filme actúa como inspiración, “ver la película en cine me posibilitó otras cuestiones, es otro lenguaje, pero es una inspiración muy grande para el registro de actuación y el trabajo estético. Después la historia es tan terrible que es ingenua, me parece que vale la historia puesta desde esa forma, que si no es una historia más de dos hermanas que se pelean y precisamente el modo en que está contada es lo que hace fantástica a la película. Esto fue una inspiración para bajarlo al teatro y obviamente la cosa queda muy distinta. Pero para quienes vieron la película hay muchísimos guiños”.
Un dato para agregar entre las articulaciones y los reenvíos de los lenguajes del cine y el teatro que sin dudas suma, es aportar que las actrices encontraron en el texto y en la propuesta de la historia elementos interesantes para trabajar actoralmente. “De chica me gustaba mucho esta película”, relató Romina, “y nos enganchamos todas con la historia, generalmente trabajamos desde un texto, pero esto fue un placer, nos gustó mucho la película, teníamos ganas de hacer algo con esa onda y una experiencia así no habíamos hecho hasta ahora, así que para nosotras fue totalmente nuevo”. Haciendo una reseña de su modo de trabajo ante los actores, precisó que como proceso de actuación fue uno de los mejores ya que habilitó un compromiso corporal muy jugado y consciente a la vez.

Estética.
La estética del blanco y negro corresponde a una expresión formal del filme, “entonces intentamos mantener esa sensación”. Las presentaciones se realizaron en una casa antigua, “lo hacemos en una casa vieja, como las de antes, con escalera y con hall, con cierto glamour venido a menos, esa es la onda de la película. Por otro lado, hay tintes expresionistas, los maquillajes tienen una cosa muy exagerada, si bien es del ‘60 y de Hollywood, también es casi Almodóvar en el sentido de lo exagerado”, apuntó la directora.

FTR
Respecto de su relación con la ciudad Mazzadi, apuntó que es muy fuerte, “a Rafaela tengo que ir siempre a mostrar lo que hago, como soy de ahí, quiero que me den el ok y ésta es la primera vez que vamos fuera de La máscara, pero tenemos muchísimas expectativas y ansiedad porque salga todo del mejor modo posible”.
El año pasado, precisamente en octubre esta obra fue estrenada en Rosario y desde entonces se presenta todos los sábados, apostando así desde el Espacio Bravo a una propuesta fuerte en las actuaciones e intensa en el desarrollo dramático. Haciendo alusión a las respuestas del público que actualmente están obteniendo, la directora comentó que “fueron muy buenas, porque fue una película muy conocida para la gente un poco más grande, entonces vienen personas que normalmente no asisten al teatro y eso es inesperado. Además que las actuaciones de las chicas son fantásticas, realmente estamos contentas porque nos está yendo súper bien”.


Ana Paula Rosillo.
13 Julio 2011.

Miguel Passarini; “este es un festival de la gente”.



En el marco de las actividades especiales, se desarrollaron los días del Festival las famosas “Mesas de devoluciones” desde el miércoles 13 al domingo 17 de julio, en Newscafé (Belgrano 72) con la participación del Círculo de Críticos de las Artes Escénicas y de periodistas especializados de distintos medios del país coordinada por Claudia Perren. En las mesas de devoluciones se produjo el encuentro de artistas, críticos, periodistas y público en general, quienes tuvieron la posibilidad de conversar sobre los espectáculos de la programación oficial.
Quién es Passarini.
Es arquitecto y periodista, columnista de espectáculos en televisión, radio y medios gráficos. Colaboró con revistas de cultura como El Muelle (Rosario) y La Maga (Buenos Aires), e integró el equipo de producción y realización integral del programa de cultura Corazón de barco (1997-1999), ganador del premio ATVC. Es columnista de espectáculos de diversos programas de radio, a cargo de columnas de teatro y cultura (Radio Universidad de Rosario, FM Latina, Meridiano, LT8, Antena 5, entre otras emisoras). Integra la sección espectáculos del diario El Ciudadano, donde se ha especializado en el segmento teatro, reseñando espectáculos como crítico teatral. Editó, de 2001 a 2004, la revista de artes escénicas El espacio vacío, y es colaborador permanente de la revista Picadero (editada por el Instituto Nacional del Teatro). Además de realizar tareas de productor teatral y participar como jurado en diversas muestras de teatro y festivales locales y nacionales, integra, desde 1998, el Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Argentina (Critea). En la actualidad, participa del proyecto Teatro X la identidad Rosario y como jurado del concurso anual de obras teatrales (ediciones 2009 y 2010).
FTR
“Desde que vine por primera vez a Rafaela que fue con la Fiesta del Teatro 2004 entendí una lógica que pasa con el público y que no remite a ningún otro festival del país. Eso es muy determinante porque el público es un factor decisivo para el teatro, ya que es quién termina de completar el fenómeno teatral. Rafaela ya arrancó con ese hándicap lo cuál es muy valioso. Tendrá que ver con su historia de teatro filodramático, con la historia creada por Punto T y La Máscara en los últimos 20 años, por la enorme tarea que hizo Marcelo Allasino trayendo un teatro que incluso a veces no vemos en Rosario y si esto llega a Rafaela es por una gestión de un gran gestor cultural”.
Calidad en los espectáculos.
-“Si hago un salto en el tiempo y llego a 2011 pienso que aquella primera teoría que tenía me permite llegar hoy a una síntesis después de estas seis ediciones acerca de lo que pasa en Rafaela con un festival que es absolutamente valioso en términos de calidad de programación. El público entendió casi todas las poéticas durante todos estos años y entonces puede hoy aceptar la ‘osadía’ de Pablo Rotemberg de mostrar su Idea fija, ser un voyeur metiéndose dentro de los vestuarios de Javier Daulte, puede entender una lógica del cine metido en el teatro como pasa con Baby Jane o puede entender del mismo modo la simpleza de un espectáculo como el que trajo la gente del El Pingüinazo, en su teatro de pequeños objetos.
El público pudo entender que al teatro no hay que rotularlo. También apareció Pablo Rotemberg en su otro rol como actor, pianista e intérprete con Karina K que es una gloria que viene trabajando siendo una mujer muy joven con una trayectoria formidable que brilla en los musicales de la calle Corrientes. La Familia Argentina, con un emblemático texto de Ure, crítico del pensamiento de la clase media alta de nuestro país, con un relato tan revulsivo y feroz…Y el público sigue estando y siegue estando. Lo que tiene este festival es eso, está destinado a ser un éxito a instalarse definitivamente más allá de la gestión que sea, porque es un festival de la gente”.
Diferencias o igualdades de festivales.
“El año pasado fue muy bueno el nivel del festival, en el 2010 subió tres o cuatro escalones de un año para otro muy rápidamente. Pensaba que se hará el año que viene y Marcelo nos vuelve a sorprender y eso está hablando de la calidad que tiene la producción teatral en Argentina. No es casual que vengan los europeos y se maravillen con la diversidad estética y poética de nuestro teatro, incluso esto de traer los clásicos al presente. Siempre va a haber producciones interesantes, atractivas, desafiantes, creo que el teatro argentino tiene un gran defecto que se volvió virtud y es producir teatro con mucha limitación. La limitación agudiza el ingenio, en Europa nadie se sienta a producir nada sino cuenta con un subsidio de 15 mil euros y acá la gente se sienta a producir sin tener nada. No digo que esté bien sino que es una marca en la producción teatral.
También me parece destacable el no prejuicio de Marcelo para programar que tiene que ver con un valor artístico o estético independiente del lugar de donde venga. La obra puede venir de una provincia, de un pequeño pueblito o de la capital, de un teatro oficial o de un elenco independiente del interior de una provincia, lo que importa es la calidad artística de ese espectáculo. En este festival se prioriza lo artístico, los artistas son los que eligen una vez que son convocados y eso también es muy paradigmático. Y eso está presente en el esfuerzo de traer el Proyecto Vestuario completo con 22 artistas, porque no estaba bueno que podamos ver una sola de las versiones ya que íbamos a perder la idea de díptico que propuso Daulte. O que a Rosa Brillando lo vayamos a ver a una casa que conceptualmente corresponde a la estética y al planteo que hizo el director. Todo eso pone en valor, este festival pone en valor, por eso es la capital del teatro y por eso esta comunidad pequeña tan culta y teatrera, permite que los problemas se puedan resolver fácilmente. Eso permite que la ciudad se apropie del festival, en otras ciudades más grandes, los festivales se pierden, acá el festival es absolutamente protagónico”.
Una poética.
“Me fascina lo que hace Pablo Rotemberg porque corresponde al concepto que define a un artista. Un artista es la osadía permanente, el riesgo permanente y el desafío permanente. Lo invitan a todos lados, tiene críticas increíbles y él lo pone en dudas, un artista es eso, es una persona con cierta intensidad. El es increíble y además de que se cuestiona es un pianista extraordinario, un sesionista muy talentoso, un bailarín prodigioso, un gran coreógrafo y un gran actor. Para mi cierra el concepto o la idea de artista, creo que Marcelo fue muy inteligente en traer las dos caras de Rotemberg, una del Rotemberg que se deja dirigir por Ricky Pashkus y se mete en un teatro más comercial y, por otro lado, su cosa más alternativa, su irreverencia, la desnudez y la sexualidad que puede resultar violento o incómodo. Sin embargo está tan bien hecho su espectáculo, que la confirmación más rotunda es ese aplauso estrepitoso que tuvo después de la función. Eso es sanador para una comunidad y me parece de un valor impresionante”.


Ana Paula Rosillo.
julio 2011.

Marcelo Allasino, la voz del gestor del Festival.



Desde el pasado el miércoles 22 de junio, cuando se realizó oficialmente el Lanzamiento oficial del Festival de Teatro Rafaela 2011, en el Centro Cultural Municipal Sala Sociedad Italiana con la presencia de autoridades, periodistas, medios de comunicación e invitados especiales, a la fecha actual, pasaron muchas cosas, pero hay una que pasó, como suele suceder, dejando huellas en nuestra ciudad. Nadie mejor que el Director Artístico del evento, Marcelo Allasino, para ofrecer una mirada de la edición de este año, reflexionar sobre sus alcances, sus esfuerzos y hacer un balance de la gestión realizada.
¿Cómo llega Rafaela a ser Capital Provincial del Teatro?
- Que Rafaela sea declarada Capital Provincial del Teatro es un proyecto que presentó la diputada Rosario Cristiani y, es una idea que estaba flotando desde hacía un tiempo a partir de algo que dijo el año pasado Mónica Cabrera en el festival que incluso lo vimos en esta apertura en el video institucional. Había una intención de resaltar a Rafaela como un lugar en el que los artistas argentinos se encontraban en un espacio ideal para trabajar. Luego esto cobró más seriedad a través de la gente de Critea, los periodistas y finalmente se dio. Por ahora, siento que es un título que hay que transformarlo en algo más concreto porque más allá del festival es un título importante. Inevitablemente lleva a pensar en los santafesinos o los rosarinos que tienen en sus espaldas historias del teatro muy extensas. Lo que si se pone de manifiesto es que Rafaela, es hoy un referente indiscutido para el teatro argentino y esto tiene que ver con el festival y con un movimiento teatral que quizá no tiene el tamaño, ni la antigüedad (como ocurre en Santa Fe y Rosario) pero tiene mucha potencia. Creo que eso tenemos que capitalizarlo para que desde los espacios del Estado provincial y nacional, podamos aprovechar esta denominación para potenciar aun más el arraigo del teatro en Rafaela.
¿Cómo surge la organización del actual festival, cómo fue la selección de las obras?
- Todos los años ocurre más o menos igual, a partir de agosto-septiembre empezamos a recibir material. Esto ocurre porque los participantes del festival llevan a sus ciudades y provincias la resonancia de lo que fue entonces todo el mundo quiere venir. En esos meses empezamos a recibir un aluvión de mails y consultas. No hacemos una convocatoria formal abierta. Lo que hace el festival es programar por invitación directa y en ese sentido, nosotros invitamos a los espectáculos que nos interesan. Recibimos propuestas que nos llegan durante todo el año de diversos lugares y, además durante el año, participo de festivales o de encuentros –ahora en agosto tengo el mercado de artes escénicas en Córdoba- entonces circula una oferta muy grande de trabajo. Muchas veces pasa que veo una pila de videos interminable y en base a lo que delineamos junto a Gabriela Culzoni, dentro de los objetivos de cada año, comienzan a aparecer las primeras ideas para hacer una preselección. El paso final que es el más complejo, es hacer que todo ese material que nos interesa por su calidad y considero que corresponde pueda participar. Después viene un proceso más complejo que es ver cada día, quienes pueden, si entramos en sintonía entre lo que esperan y lo que podemos brindar. Eso es lo más fino, ocurre en los tres o cuatro meses previos al festival, cuando estamos redondeando esas cuestiones. Entra el juego el Instituto Nacional de Teatro, a través del programa INT presenta y así es que seleccionamos cuatro espectáculos de ese catálogo.
- ¿Cuáles son las particularidades y diferencias de este festival con respecto a festivales anteriores?-
- Este año fue notorio el crecimiento en cuanto a espectáculos porque tuvimos un día más, de 17 o 18 espectáculos saltamos a 26. El salto cuantitativo nos exigió un equipo más firme, prever cuestiones de producción que este año puntualmente tuvimos un espectáculo en la quinta las Malvinas, una función en el Club de Autos Antiguos y en la Biblioteca Sarmiento. Esos espacios donde habitualmente no ocurre teatro requieren de un trabajo de producción bastante grande. Lo de la quinta las Malvinas fue un desafío muy grande, como también programar Baby Jane. Nosotros queremos que las obras se vean en el ámbito más ideal posible que podamos ofrecer. Esto implicó relevamiento de una cantidad de lugares, fotos, idas y vueltas, igual nos pasó con Juan Parodi para Rosa Brillando, vimos cinco lugares distintos hasta que finalmente logramos el espacio. Este año tuvo esa particularidad, el festival fue mucho más grande, implicó muchos más espacios donde hubo que generar el dispositivo técnico para que las obras puedan presentarse y el otro punto importante fue la subsede en Sunchales.
- ¿Cómo resultó lo de la subsede en Sunchales?-
- Fue una especie de prueba piloto, en Sunchales están todos muy contentos, pero sin dudas la realidad y el marco de cada ciudad es diferente. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo por tratar de dilucidar qué es lo que esta comunidad en especial requiere y de qué forma. El festival de Rafaela está pensado para una comunidad que tiene una historia teatral, necesidades y expectativas y quizá en las comunidades cercanas, no son las mismas. Este año fue una prueba piloto a través de cuatro espectáculos que funcionaron super bien. La gente de Amigos del Arte que son los organizadores allá está muy contenta y aunque no tiene la potencia que vemos acá, ellos apuestan a que va a crecer.
- El Festival llega a su fin, ¿qué evaluación podés hacér?
- Creo que el resultado de lo que proyectamos superó las expectativas. Cuando ocurre lo de la apertura de la boletería cada año parece que va a ser insuperable, imaginamos siempre que más gente no puede venir. Sin embargo el sábado cuando se abrió la boletería una hora antes había una cola normal y, después se armó una cola que no terminaba nunca y pegaba la vuelta de la manzana. Entonces eso ya fue una señal para prepararnos porque vimos que se venía con todo. Las funciones salieron muy bien, el equipo de trabajo estuvo muy exigido porque en todos estos días estuvimos a pleno, pero salió todo super bien. Las salas estuvieron al máximo de su capacidad y en las vecinales también tuvimos una respuesta genial.
- A futuro y desde ahora en más después del Festival ¿cuáles son tus objetivos?
- Algo importante para rever es el concurso de coproducciones locales, creo que este año tuvimos la confirmación que -tal como lo imaginamos- no va a continuar porque este año fue un poco frustrante, hubo solo dos proyectos. Creemos que hay que revisar algo acerca de los teatristas locales, que necesitan o esperan o que es lo que el festival puede o debe ofrecerles. Creo que va a venir también un aluvión de las localidades vecinas, todas van a querer ser subsede, pero creo que no hay que perder de vista que es un festival encarado desde el Estado municipal, entonces si bien puede crecer hacia la región, no es el objetivo ser un festival regional. Tendremos que evaluar bien eso, ver como seguir con este paso que dimos con Sunchales y también tenemos que tomar una decisión con el paso que demos con la programación a nivel internacional. Nos están llegando propuestas de muchas compañías latinoamericanas que saben del festival, venimos coqueteando con la idea hace tres o cuatro ediciones de que el festival sea internacional, todavía no estamos preparados a nivel organizativo, pero creo que sería el paso lógico que haya en la programación 4 o 5 espectáculos internacionales.


Ana Paula Rosillo.
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Julio 2011.