jueves, 25 de agosto de 2011

La música clásica busca abrir fronteras.


El Centro Ciudad de Rafaela presentó el pasado domingo 7 de agosto, en el Teatro Lasserre, su reconocido Ciclo “Música de Cámara”. En esta oportunidad a cargo del “Cuarteto de cuerdas Velv”, con el apoyo de siempre de la Comisión Municipal para la Promoción de la Cultura.


Había una vez un dicho popular que sigue teniendo vigencia. “Dios está en todas partes, pero atiende en Buenos Aires”, dijo alguien alguna vez. Tan popular su significación como actual su contenido. Hoy renueva esta frase un comentario para el caso de la música de cámara. La voz que lo convoca es la de uno de los integrantes del cuarteto de cuerdas Velv, Sergio Franchi, que al momento de deslizar lejanamente un deseo, dejó palpitando la necesidad de que en el interior del país la música recorra nuevos carriles y se mueva por otros andariveles, más propios tal vez, más legítimos quizá. Los deseos se dicen, algunos se repiten, habrá que dejar al tiempo y varias voluntades más hacer lo suyo. Así, parece que algunas veces la historia también quiere contarse de otro modo.
El Cuarteto de Cuerdas “Velv”, se encuentra integrado por Victoria Díaz Geromet, Sergio Franchi, Lucia Gerelli y Virginia Núñez. Es una agrupación formada hace cuatro años, por éstos jóvenes músicos que decidieron juntarse para poder dar vuelo libre a sus inquietudes. La formación clásica de dos violines, viola y violoncello es, tal vez, la instrumental de cámara más importante en la historia de la música debido a su gran posibilidad sonora y técnica.

Formación versátil.

En diálogo con Sergio Franchi, comentó que desde el 2009 comenzaron a formar parte de una Orquesta de Cámara denominada “CamerataEletheria”, donde realizan obras clásicas, barrocas, situadas básicamente antes del año 1800. Esta orquesta se encuentra dirigida por el profesor Manuel Marina y está integrada por veinte jóvenes. Los orígenes del cuarteto se inspiraron en esta trayectoria anterior y desde abril comenzaron a trabajar.
“Dentro de la música de cámara, no de orquesta sino de grupos reducidos de gente, el cuarteto de cuerdas es una de las mejores formaciones porque es muy versátil y permite hacer varios estilos”, definió Sergio al momento de hacer referencia a la formación. Cuenta con cuatro voces, como el coro que tiene bajo, tenor, contralto y soprano, el cuarteto tiene violoncello, viola y dos violines. En este sentido, al ser cuatro voces, permite ampliar las posibilidades de sonidos y acordes, permitiendo también realizar muchas combinaciones.

Potenciar el interior.

Uno de los objetivos que anuncian los músicos que a su vez participan de la “CamerataEletheria”, es presentarse con esta agrupación en varios lugares, recorrer y llevar la música ampliando fronteras. Entre los defectos o las fallas que ocurren con la música clásica, expuso Franchi, “es que todo pasa en Buenos Aires, están las mejores orquestas, la ópera, el teatro Colón, mientras que en el interior no hay nada o hay muy poco”. Ante esta realidad y los inconvenientes que se deducen de un planteo tan conocido, la propuesta es generar precisamente un cambio que apueste a la música y amplíe sus extensiones. “Ocurre que si quisiéramos hacer un curso o estudiar, no quedan demasiadas opciones, tenemos que viajar a Buenos Aires o vienen maestros de afuera, porque pareciera que en el interior no pasa nada. Por eso justamente la idea es generar movimiento”.

Programa y presentación.

En esta ocasión el programa elegido se dividió en dos partes; la primera formada por la música de Joseph Haydn; cuarteto de cuerdas OP 20 N° 5 en fa menor, integrado por: “Allegro Moserato”, “Menuetto”, “Adagio” y “Finale” (Fuga de due Soggetti). La segunda parte junto a Franz Schubert: Cuarteto de cuerda N° 14 en re menor, D. 810 “La muerte y la doncella” con “Allegro”, “Andante con moto”, “Scherzo. Allegro molto. Trío” y “Presto”.
La elección de Joseph Haydn, no es azarosa, sino que según las palabras de Franchi es ni más ni menos que el padre del cuarteto de cuerdas y uno de los compositores más prolíficos. “Lo elegimos porque nos vino muy bien para trabajar cuestiones técnicas y grupales de armado y ensamble. Y Franz Schubert porque era una obra que vimos alguna vez cuando estudiamos en la orquesta y la quisimos rescatar”. Además puntualmente La muerte y la doncella, “está basada en una canción que es original para canto y piano, que este autor la transformó en un cuarteto de cuerdas y es una de las obras más famosas del compositor”.
Hacer música en general, pero cuarteto de cuerdas en particular es un trabajo bastante arduo, comentó el referente del grupo. “Cuando es como en este caso música en grupo y sin director, hay que buscar una complicidad necesaria al momento de coordinarnos para tocar. Uno se va conociendo, eso se va puliendo y lleva su tiempo. Los cuartetos más famosos del mundo, tienen veinte o treinta años de estar juntos y cuentan además con todo ese tiempo necesario de maduración”, argumentó el músico.
Como en todas las ocasiones que el Teatro Lasserre se viste de gala para estas presentaciones, de este modo se completó una vez más una representación que no tuvo desperdicios, impecable e impactante, el pasado domingo se pudo reeditar nuevamente un elogio para la mejor música en un formato que merece distinciones y como siempre, suma destrezas.


Ana Paula Rosillo.



Addenda presenta su nuevo disco en el Teatro Lasserre.


Con 16 años de trayectoria, revalorizando el esfuerzo de quienes creen y apuestan por la buena música y por hacerle un lugar en nuestra ciudad, La Asociación Cultural Otras Voces y el Centro Ciudad de Rafaela, organizadores del Ciclo de Música Popular, presentarán el Sábado en el Teatro Lasserre a la agrupación local Addenda, quién en esta ocasión repasará sus canciones de siempre y estrenarán su nuevo disco; “Aljibe ando girando”.

Hernán Castaño, al regreso de su viaje a Chile cuando corría el mes de mayo del año de 1995 en diálogo con Diego Trucone decidió formar una banda y, por un hecho azaroso en la conocida Casa de música Marcucci, al cruzarlo a Ricky Gigena, como sucede a veces con los designios del destino, apareció el guitarrista que los acompañaría durante los posteriores 16 años. Nadie sabía entonces que se estaba escribiendo el inicio de una de las bandas más legendarias de la ciudad. Tampoco nadie sabía que el mítico encuentro dejaría a Diego y Ricky como referentes del grupo durante tanto tiempo. Hoy Castaño se dedica a la batería, Trucone al bajo y Gigena se desempeña en guitarra y voz.
Según cuenta la historia y si bien Hernán Castaño fue el gestor, al año y medio se fue, para volver más adelante, mientras desfilaron hasta cinco integrantes en diversos momentos, entre ellos, Cristian Masachesi, Nano Juan, Ignacio Canavese, Ale del Bono, Mario Borgna y Diego Kestler. Estos recovecos, estas idas y venidas, estas fusiones y el tiempo en el medio como indicador de la vida que pasa, le dejó a Ricky cierta admiración hacia aquellas agrupaciones que a pesar de los años, mantienen en pie su música y sus ideales. El camino recorrido, dejó huellas que permanecen hoy intactas, “me dejó todo esto un gran aprendizaje”, explicó “de cada uno de los músicos, de los eventos y de las cosas que hemos vivido guardé algo que me enriqueció”.
Al principio grabaron desde la agrupación demos y melodías cortas, en el 2002 apareció su primer disco “Envíos a domicilio”, con Hernán en batería, Diego Ravasio en flauta, y en el 2008 grabaron “Luz de pájaros” con Nano Juan en guitarra eléctrica y Kestler en batería.

Aires de cambio.

Hacerse lugar en la música, acercarse a la necesidad de valorizar su trabajo artístico, apuntó el referente de Addenda “pareciera que en el caso de los músicos nos ha costado mucho, no así a la gente del teatro o de la fotografía”. Mirando hacia el futuro y con la intención o el deseo a cuestas de imaginar cambios posibles, manifestó que la esperanza radica hoy en los más jóvenes que guardan las ganas y las energías para luchar. En referencia a tiempos pasados, recordó “laburábamos muchísimo durante horas ensayábamos tres veces a la semana a veces con tres horas por ensayo, después íbamos a un bar, a veces no nos pagaban lo que pedíamos y lo terminábamos haciendo porque nos dejen tocar y mostrar lo nuestro”. Siguiendo el hilo de la intencionalidad que dispara este argumento, el referente de Addenda, manifestó la necesidad de un cambio y de espacios colectivos que ofrezcan un ámbito de encuentro para los músicos y su público. Muchas veces en la ciudad ocurrió que “el boliche se armaba porque iban grupos invitados, después las bandas desaparecían mientras que el boliche seguía funcionando”, y por eso terminar con esta idea implicaría reactivar nuevas propuestas que no sólo serían positivas para Rafaela sino que convocaría a articular nuevos espacios para un público real.

Un caso emblemático.

Un espacio que durante mucho tiempo se ha dedicado a cobijar las bandas fundamentalmente de rock pero también ofreció cierta apertura hacia otros estilos, fue La Mula, precisó Gigena. “A pesar de lo complejo que puede ser tener un bar si miramos el tema de las ordenanzas y las leyes, La Mula respetó desde hace diez años y desde siempre a los músicos como también sus presentaciones ante el público”.
En un paréntesis aparte destacó un reconocido agradecimiento a la agrupación Otras voces y al Ciclo de Música Popular, “es bueno y necesario para la ciudad y es un aporte muy grande para el espectador”, refirió el músico.


El Show y el disco.

El motivo central del espectáculo que Addenda ofrecerá el Sábado 13 de agosto a las 21 y 30 hs en el Teatro Lasserre se denomina “Algibe ando girando”, es un disco grabado por los tres integrantes del grupo en Rosario en el estudio de Carlos Altolagirre, llamado Blueroom, quién en esta oportunidad va a operar desde el sonido durante el evento.
La presentación del disco incluirá también canciones viejas y nuevas y un poco de cada época, con muchos invitados, entre ellos, Coco Dominguez en guitarra, Diego Ravasio en flauta traversa, Jonatán Santillán en violín y Facundo Rubino en trompeta.
Al momento de referenciar la banda y su último disco, Gigena comentó “Addenda siempre fue una amalgama de muchas cosas y en este disco hay mucho funk, mucho soul, algunas cositas folclóricas, otras ligeramente más subidas de tono y algo de rock and roll”.
De cara al futuro, parece que hay algunas referencias interesantes de personas que ya escucharon su última producción y se mostraron interesados, “nos llamaron de Buenos Aires, hubo gente que de Santa Fe le gustó como sonaba la banda. Nuestra idea es seguir divirtiéndonos y haciendo música que es lo que más nos gusta”, concluyó.

Ana Paula Rosillo.

Ana Prada no está sola.


El Ciclo de Música Popular que organizan la Asociación Cultural Otras Voces y el Centro Ciudad de Rafaela continuará sus presentaciones el Sábado 6 de Agosto a las 21:30 en el Teatro Lasserre con el recital de la cantante uruguaya Ana Prada, quien presentará su último c.d. “Soy Pecadora”.

Ana Prada es una compositora, guitarrista y cantante uruguaya que inicia su carrera profesional junto al cantautor Daniel Drexler, cuando en 1994 integra el grupo “La Caldera”. Como solista comienza en el Año 2006 cuando edita su primer disco “Soy Sola”. Este primer trabajo ha merecido muy buenas críticas y ha sido editado en Uruguay, Argentina y España. La artista uruguaya ha merecido entre otras cosas tres nominaciones a los Premios Graffiti 2007 (Revelación del año, Mejor solista del año y Mejor productor del año), una nominación a los Premios Gardel 2007 y ha sido clasificado por la revista Rolling Stone como álbum revelación 2007. El año pasado editó su segundo disco “Soy Pecadora” en Argentina, Uruguay, varios países de Latinoamérica y España. En la apertura del espectáculo en esta oportunidad se presentará la cantante uruguaya Lea Bensasson acompañada por el guitarrista Diego Rolón.
Ana ¿cuáles son los recuerdos de tu infancia en Paisandú?
- Tengo recuerdos muy oníricos en el sentido de que fue una infancia muy linda. Si bien me crié en la ciudad de Paysandú, era en un barrio donde no había rejas. Mis padres hicieron su casa ahí cuando se casaron que es donde viven actualmente. Los gurises teníamos mucha libertad de juntarnos en los terrenos baldíos a jugar al fútbol o hacer casitas. Jugábamos siempre vinculados con la naturaleza, generalmente al aire libre y en lo verde, siempre había algún vecino que tenía una huerta o algún caballo y teníamos mucho contacto con la naturaleza y los animales. Tuve la posibilidad de tener perro, gato y creo que hasta un pichón de ñandú. Esos son los recuerdos de la infancia de mucha libertad, independencia en el juego y mucho juego en grupo. Mi padre era ingeniero agrónomo, mi madre docente, éramos de clase media pero siempre nos mezclamos todos sin importar las diferencias.
- Otra cosa que me marcó mucho en la música fue el haber participado del coro de la escuela, me lo tomaba muy en serio. Me acuerdo que vocalizaba según las instrucciones de la profesora Marta que hasta el día de hoy me acuerdo de ella. También un taller de música y canto que tuve con grandes docentes que estaban en ese momento destituidos porque era tiempo de dictadura. Durante toda mi infancia había muchos maestros que no podían trabajar en la educación formal pero tenían una calidad humana impresionante. Hacían talleres de canto, talleres de expresión y eso también me ha marcado mucho con aquello que tiene que ver con sensibilizarse a través de la música. Recuerdo que a veces escuchábamos música y dibujábamos, a veces hacíamos música y tocábamos instrumentos, fue un acercamiento muy lindo y desde muy temprana edad.
- Además mi padre siempre tocó la guitarra y varios instrumentos, el piano, el acordeón, tenía hasta un trombón en casa y sin ser profesional era muy capaz. Todo esto me fue nutriendo y creando pequeños escenarios domésticos, porque cuando uno canta para los amigos o la familia es casi lo mismo que estar en un escenario. Esos fueron los mejores recuerdos de la infancia porque también creo que criarse en el interior es muy distinto a criarse en un departamento en una capital.
- Tus discos encierran algo de esta magia de lo familiar y de ese aire de campo de la infancia.
- Eso es algo que queda en algún lugar de la memoria emocional. Tuve la suerte de tener una familia, un amparo, un hogar. Esa memoria de esos lugares por más que formen parte de la fantasía siempre aparecen en las canciones aunque ya de otro modo.
- ¿Cómo te iniciaste en el camino de la música?- Profesionalmente empecé a cantar con Daniel Drexel (que es mi primo) cuando tenía 19 años él armó una banda con sus canciones, tocábamos por La Paloma y la zona costera y ahí fue la primer vez que me gané unos pesitos. Todo escenario te enseña desde el más chico al más grande y ahí fueron mis fogueos de tener conciertos todos los días y andar de acá para allá. Por su puesto mientras todos estudiábamos, porque era a la vez un mandato familiar. Por un lado tenía lo de la música y por otro estudiaba, me recibí de psicóloga, siempre el estudio fue una constante en mi vida y era de lo que uno iba a vivir. La opción de vivir de la música es algo que ahora se baraja de una manera más natural en Uruguay, en Argentina o en el mundo. Después la vida misma me fue llevando a dedicarme exclusivamente a esto y tomarlo como profesión.

Soy sola; un disco que abrió caminos para no estar sola.

- ¿Cómo definirías tus dos discos, podrías mencionar alguna idea síntesis en cada uno de ellos?
- “Soy sola” fue como golpear una puerta y pedir permiso para mostrar mis canciones. Más que nada Carlos Casacuberta me impulsó, fue productor del disco y quién de alguna manera confió en mí antes que yo. Estaba trabajando con el cuarteto La otra, proyectos preciosos y si bien tenía una necesidad de tener algo propio, no veía con claridad si esas canciones estaban buenas o no. Otra pata de este primer disco fue Elvira Rovira que fue coautora de varios temas y estuvo vinculada a la producción ejecutiva, mientras con Carlos trabajábamos en lo artístico y grabábamos. Salió el disco tuvo buenas críticas, a la gente le gustó, empecé a armar la banda para presentarlo y comenzó a formar parte de mi manera de vivir. Fue el disco que me abrió los caminos para componer, tocar y hacer música.

Un concepto valiente


- “Soy pecadora” vino después de haber viajado, de haber conocido a Queyi que es una gran cantante y compositora española de Madrid. Se me abrió otro panorama totalmente diferente, nunca había estado del otro lado del océano y no conocía. Me nutrí de otras músicas, otra gente y otros paisajes. Es un disco que me agarra más firme y me animo a decir más cosas. Lo más lindo que te puede pasar es que lo que es tan de uno, les sirva a otros, toque la intimidad de otros que se sientan identificados con esa obra. En ese sentido “Soy pecadora” es un disco valiente y también alude a la condición de la mujer, de lo que nos cuesta gozar o disfrutar sin culpa, como del precio moral que tenemos que pagar por eso. Siempre caemos desde el lugar del pecado impuesto por las religiones, venimos de una civilización judeo cristiana donde el peso de la culpa y el deber están muy presentes. Todo eso generó una identificación con muchas mujeres de todo tipo y edad.
- Pariera como dice una canción tuya que éstos discos te han dejado en “otro lugar”.
- Si, me siento muy afortunada porque las cosas me han explotado delante de los ojos para que las pudiera ver. La vida misma me fue dando las oportunidades, mucha gente me dio una mano, mucha gente trabaja conmigo y me ayuda a componer y a grabar los discos.
- ¿Qué desearías para el futuro de tu carrera?
- Seguir de a poco por este camino que es lento y al mismo tiempo muy efectivo, siento que cada piedrita que vamos poniendo hace lugar al mismo cimiento. Quisiera que a la gente le guste el show, lo recomiende, que cuando vuelva a Rafaela tengan ganas de ir de nuevo. Me gustaría poder seguir haciendo canciones que a la gente le sirva para algo, que le alimente el alma y se sientan identificados. Seguir este camino, recorrer más lugares. Vamos a estar tocando en Brasil en breve, me voy para España, estamos con muchos proyectos, con un disco para niños y mucho por delante. Agradeciendo todos los días que uno vive de lo que le gusta y que encima trabaja con el lado lindo de la gente, llevándole alegría y compartiendo buenos momentos.
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- Ana Paula Rosillo.

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