jueves, 2 de diciembre de 2010

Bicentenario: Valores, idiosincrasia, hábitos; el cine tiene algo por decir.




Teniendo en cuenta la temática que se abre a la luz del Bicentenario, localizando la fecha 1810-2010, como un acontecimiento previsto para conmemoración de la Revolución de Mayo, en la cual se destituyó al virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros, el entramado de estas líneas se vinculará con algunas articulaciones posibles, imaginables, cercanas que nos posicionan como sujetos críticos desde el ámbito cinematográfico. La revolución de Mayo de 1810 fue un hecho crucial en la historia Argentina. No se trata de un acontecimiento aislado, sino que forma parte de un proceso de transformación más amplio. Siguiendo una línea de trabajo relacionada con el aprendizaje, la lectura y la crítica, nos propondremos indagar varias cuestiones que reflejan algo de la historia argentina para repensar nuestra identidad y nuestra construcción de ciudadanía.
Algunos valores que fermentan el sentido revolucionario reenvían posibles articulaciones que podemos mencionar y profundizar a través del lenguaje cinematográfico. “El secreto de sus ojos”, fue la película que en el año del bicentenario recibió la aclamada estatuilla del Oscar a mejor película extranjera. Vista en el país por 2,5 millones de personas, presenta una historia de amor y muerte en la traumática Argentina de la década del setenta. Induce a plantear valores relacionados con el amor, los modos de accionar de la justicia, pone en crisis la solvencia de su eficiencia, dibuja mecanismos corruptos, cuestiona la libertad y hasta se acerca al inconsciente. “El custodio”, estrenada en el 2006 y con el Premio Alfred Bauer del Festival de cine de Berlín a sus espaldas, reflexiona acerca de la falta de libertad, el sometimiento de los nuevos modos de poder, los costos de la seguridad y esos otros silencios.
Ambos filmes ofrecen un panorama amplio, que permite ahondar en sentimientos y valores profundos acerca de nociones que si bien son individuales, también pueden extender sus usos políticos cerca de la historia nacional de todos los tiempos. Las preguntas quedan abiertas, las respuestas, también.

En búsqueda de la libertad

“El custodio”, es un filme que desde el principio a través de una narración precisa, acética, excelente en la descripción de ambientes sórdidos, con presencias de denotan actividades políticas, y funcionarios movilizados, impone una presencia, que a lo largo de la narración adquirirá protagonismo. Inusualmente, esquivando la mirada de figuras triunfales, acerándose a un personaje sencillo, su director, Rodrigo Moreno, elije perseguir y focalizar su atención en un guardaespaldas interpretado magistralmente por Julio Chávez (Rubén). Cerca en este sentido de una propuesta estética que otorga valor a la marginalidad de una vida que se retrata detrás de un gran “Otro”, el director apuesta por un juego en el que participa de un modo interesante y agudo el uso del fuera de campo y la reminiscencia de largos planos vacíos de presencias, pero cargados de sentidos.
Cuidar las espaldas se va tramando como una tarea silenciosa, construida en apacible soledad y desde un afuera que adquiere significación y protagonismo. La seguridad hace de contrato socialmente establecido, convencionalmente impuesto, es incuestionable en este universo evitar la norma, deshacer la regla. La cámara atiende a un personaje que presta su cuerpo y su presencia a un Ministro, no descansa nunca y aunque se cansa repetidas veces, múltiples recursos son excusa para posicionar la mirada de Rubén, sus pasos, sus largas esperas, los silencios. Todo deviene compartido y se une en una misma amalgama, Moreno nos posiciona en su piel, esperamos con parecida ansiedad largos momentos detenidos en reuniones, sostenidos en conservaciones telefónicas, viajes en auto, habitaciones apretadas con puertas siempre cerradas vuelven más desesperante la espera reincidente. Rutina de una espera construida, espera de una rutina meditada, cansancio y ansiedad de volver a esperar tantas veces como la espera sea necesaria. De repente o no tanto, somos custodios de la misma espera repetida, vigilar, atender, ejercitar la paciencia, se vuelven mecánicas del mismo ejercicio compartido con el guardaespaldas, nos volvemos presa de una situación idéntica, implícita, espejo y reflejo, se consumen en el tiempo.
Es el propio Rubén quien determina la estética de la película. El custodio está alejado de todo y la mirada de la cámara emula esa distancia al mantenerse lejos del propio protagonista. Si bien los sistemas de seguridad para ser efectivos deben pasar inadvertidos, aquí atienden a una lógica sostenida en vivir una vida ajena que, somete la presencia a una ausencia premeditada haciendo de la vida pública una apariencia visible, dibujada en la sombra ajena. Vida privada y pública quedan confundidas, extrañadas, reenvían y quebrantan el mismo espacio puesto en vilo, no hay lugar para dos. Se impone necesario un ajuste de cuentas, las cuentas cuentan que no son claras, está a la vista. El juego de la mirada es restringido, dentro y fuera de campo, se convocan movimientos, donde somos testigos de un testigo, los movimientos de cámara agudizan la intensidad de una obsesión asumida como el riesgo de no ser ejercido nunca.
Mientras un rigor meticuloso en la composición del encuadre acompaña a un testigo silencioso, mudo, planos en cámara picada de autos que se alinean formando un juego simétrico de formas. Abundancia de encuadres fijos, diálogos escuetos, serviles a la función laboral, prolijos, estigmatizados, rodeados de silencios sugerentes. Asimismo el Ministro asiste a reuniones, el de el protagonista, es otro espacio que se deriva de su jefe, un espacio alternativo, escondido, entre las sombras, espacio de otro tiempo y otro lugar, espacio de esperas de colores tenues que tiñen planos estrictamente duros y simétricos, estilísticamente determinados. Las habilidades artísticas de Rubén quedan algunas veces reducidas a una sobremesa camprestre, relegadas a un segundo plano como su participación en su propia vida. Mar del Plata aparece en escena, sin ser un lugar turístico, se impone como prohibición, como sitio de convenciones. Todo suma, hasta que la muerte aparece al final, un tiro que dibuja la perfección del cálculo sobre la frente del Ministro será indicio de una liberación extrañamente construida, o tal vez no tan extrañamente.

Psicoanálisis de un secreto se dibuja en el interior de la mirada

Benjamín Espósito interpretado por Ricardo Darín, secretario de un Juzgado de Instrucción de la Ciudad de Buenos Aires, está a punto de retirarse y decide escribir una novela basada en un caso que lo conmovió treinta años antes, del cual fue testigo y protagonista. Su obsesión con el brutal asesinato ocurrido en 1975 lo lleva a revivir aquellos años, trayendo al presente no sólo la violencia del crimen y de su perpetrador, sino también una profunda historia de amor con su compañera de trabajo -Soledad Villamil, quién interpreta a Irene-, a quien ha deseado y amado fervorosamente y en silencio durante años. La novela que escribe Espósito nos hace recorrer los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser.
”El secreto de sus ojos” es una prolija mixtura entre la épica romántica, el thriller judicial, un drama de época con tintes políticos, reminiscencias del cine noir y algo de espíritu novelesco. Benjamín a poco de que comienza el filme aparece en su viejo trabajo haciéndose cargo de lo que necesita decir, jubilado y sin ganas de malgastar su tiempo, organiza la posibilidad de escribir una novela que refleje una historia, que después descubriremos demasiado propia, demasiado humana. Escribir sobre la causa Morales, será un indicio y una búsqueda que se prolongará a lo largo de la narración, entre idas y vueltas hacia un pasado poblado de expedientes, habrá una letra en un nuevo papel, algunas palabras que sacudirán la necesidad de decir además de la “verdad judicial”, otra verdad, la propia.
Una apuesta estética construída con prolijos encuadres y planos sobrios relatan un caso policial, puntualmente la muerte de una joven -Liliana Colotto- funciona como un dato clave, como desencadenante necesario para autorizar la búsqueda de verdad. Muy rápidamente esa misma búsqueda se tiñe de otros matices, una mala jugada, el encarcelamiento de dos inocentes, hacen lo necesario para que Benjamín intente justicia por mano propia. Aparece entonces una interesante operatoria de crítica social y política hacia el entramado judicial argentino, que se vale de varios recursos que permitirán avizorar la importancia que merecen los mecanismos del inconsciente para develar aquellas “verdades” profundamente enquistadas. La necesidad de que el culpable no quede impune irá tramando un recorrido, donde el deseo y lo dicho, lo que escapa al lenguaje, aquello que está por decir e incluso los bordes de la pasión y las fronteras de lo invisible aglutinan un fermento que permitirá develar, quitar viejos preceptos y descubrir otros significados.
Entre hombres de tribunales, trajes negros, escritorios repletos de sumarios, formales modales y jerarquías fuertemente convencionalizadas, se reinstala una necesidad de equidad recurrente frente a la apatía de resolver un viejo caso, ante la ambición de escalar posiciones y en oposición a la corrupción instalada mecánicamente. Ante la inoperancia del funcionamiento judicial y la apertura de casos que quedan eternamente irresueltos, la película ofrece una mística que viene a ofrecer luz de esperanza a través del punto de vista del personaje protagónico, Benjamín vé en una foto lo que la justicia con sus modos nunca podría. Un álbum hace de excelente testimonio, ofrece las pruebas necesarias, demuestra oportunamente con una imagen el valor de la intensidad de la mirada señalando el descubrimiento de una hazaña y, ni más ni menos que la revelación de un asesino. Un relato alternado, entre el pasado y el presente con reminiscencias hacia un futuro posible, se debate en el filme permanentemente produciendo en la narración cierta extrañeza entre aquello que aparece como recuerdo y lo que se presenta como el recuerdo de un recuerdo. Abrir una causa cerrada, seguir los indicios de la pasión, observar de un modo distinto, serán reflejos de una reseña en la que claramente se demostrará que la fuerza del inconsciente teje artimañazas, agudas, persistentes, destinadas a insistir y a socavar aquello que aparece en lo real, para revolverlo, cuestionarlo, enjuiciarlo, cobrando más sentido que el de la misma justicia, aquella que rige largos pasillos, casi siempre impune, muchas veces corrupta y temiblemente silenciosa.
La historia de amor entre Benjamín e Irene también es una historia velada, injusta, secreta, no dicha, que a lo largo del filme desfila acompañando de cerca la acción centrada en la búsqueda del asesino. Ambas líneas narrativas se unen recurrentemente motivando la trama, tienen en común el mismo sitio de la mirada, la misma instancia política, aquella que se expresa en las inmediaciones del deseo, entre lo no dicho y lo invisible, entre la pasión y lo impostergable. Recién cuando Benjamín puede poner la “a” a la palabra temo, -casi al final- puede pronunciar lo que ama, puede salir corriendo a buscar a Irene y develar aquello que pertenecía al orden de la imposibilidad y estaba vedado para el deseo, volviéndolo posible y haciéndolo real.

Ana Paula Rosillo.

Se realizó en Rosario el Festival Hecho por Mujeres en el Cine El Cairo.




Este año se produjo la segunda jornada del Festival “Hecho por Mujeres”, realizado en Rosario, inicialmente en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia y actualmente en las instalaciones de Cine El Cairo. Las organizadoras Lorena Mendez y Alejandra Rotondi, reunidas por La escuela de animadores, cercanas a la animación de género, la plástica y no muy lejos de la arquitectura, plantearon la necesidad de construir un espacio de visibilización que pueda difundir y pensar el difuso mapa subterráneo de cierta cinematografía vinculada a las mujeres.
Después de trabajar conjuntamente con ONG relacionadas con las temáticas de género, Alejandra, quiso acercarse a una problemática actual. Al recordar los inicios, explicó “con Lorena queríamos hacer animaciones que tenían que ver con la temática de la mujer”, luego concretaron un cortometraje denominado “Cosas de mujeres” y “buscando donde mostrarlo, empezamos a hacer una búsqueda de espacios posibles, nos dimos cuenta que no había, asi se nos ocurrió la idea alocada de pensar en un festival”.
Las nuevas tecnologías y puntualmente internet prestó espacio para que la participación se ampliara mediante un blog, de este modo empezaron a recibir material que se circunscribía a cortometrajes de no más de treinta minutos realizados por mujeres. Asimismo, “comenzamos a recibir materiales muy variados, documentales, ficciones y lo que nos sorprendió fue la recepción que tuvimos de gente de afuera”, plantearon. Vale advertir en este sentido, que las producciones extranjeras cualitativamente significaron mayor cantidad este año que las nacionales o rosarinas. Entre los países que participaron del encuentro se destacaron; España, Venezuela, Francia, República Dominicana, Brasil, Uganda, Bulgaria, Checoslovaquia y Portugal. A nivel nacional, los participantes fueron; Neuquén, Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Puntualizando acerca de los géneros, advirtieron las organizadoras que entre el material internacional hubo más ficciones, mientras que lo nacional trajo mucha producción documental. Además casi todas las películas recibidas obtuvieron premios, “observamos que las producciones son muy diversas y heterogéneas”, apuntaron. “Dentro del material que hemos recibido este año, nos impresionó en el caso de los documentales la fotografía e incluso la narración misma, también en lo que hace a las animaciones vemos que hay una producción excelente”.
Las coordinadoras del festival recibieron un total de más de 32 cortometrajes, si bien algunos fueron exhibidos, el resto será parte de una prolífica producción para la gestación de la muestra itinerante. Una vez finalizado el festival el material quedará a disposición del público general en el Centro Audiovisual Rosario. Las expectativas que tienen “es que crezca el espacio, que el festival sea un espacio de encuentro que nos permita repensar la condición de la mujer actual”. Abriendo la posibilidad de nuevos acercamientos, quienes se encuentren interesados en contactarlas pueden hacerlo a: estoescosademujeres@gmail.com.

Programación nacional e internacional

Junto a la apertura del festival, a cargo de Ana Barzola, se generó la entrevista a la realizadora rosarina Lucrecia Mastrángelo, directora de la película “Sexo, dignidad y muerte”, recientemente ganadora de una mención especial en el Festival Latinoamericano de Video y después de su exhibición en Santa Fe y en Buenos Aires.
Entre las películas exhibidas en la programación del pasado 26 de noviembre, caben destacarse; “Como es esto de sentirse rara” (Sol Ortolochipi- Rosario), “Señora, puede usted votar”, (Trailler, Sonia Helman-Rosario), “Peras y estrellas” (Judith Bataglia-Rosario), “Maia en Bicicleta” (Maia Ferro-Rosario) y “El Chancho y la luna” (Julia Bastanzo-Estefanía Clotti- Rosario). Colectivo de Mujeres presentaron; “Imagina que eres esa mujer” (Casa Tasso- C.A.B.A. Arg.), “Mujeres tras las rejas” (“Mujeres tras las rejas” Rosario) y “El Movimiento se muestra andando” (Las Safinas- Rosario). Entre las realizadoras nacionales se exhibió “Isabel” (Camila Gómez-Soledad Lomba- C.A.B.A. Arg.), “Uno a uno ” (Nacha Vollenweider-Córdoba, Arg.), “En boca de nadie” (Chaco, Elosia Azanza-Julieta Rigali-Sofia Schmidhalter-Rosario, Arg.), “Mar” (Ileana Gómez Gavinose- C.A.B.A, Arg.), “Viñateros del río” (Paula Asprella- Berisso, Pcia. Bs.As. Arg.), “Cantos de la Memoria” (Anahi Mariluan - Neuquén, Arg.) y ”Cajita emocional, cuerda social” (Malena Grilli-Jesica Grecco, BsAs,Arg.).
Entre las realizadoras internacionales se destacaron; “(Re) Tales” (María Cabo-Silvia Guiducci- ESPAÑA- ARG.), “Los minutos, las horas’’ (Jananina Marques Ribeiro , BRASIL-CUBA), “Black Lack Berlim” (Teaser-Sabrina Fidalgo- BRASIL), “Sabes qué?” (Jessica Marrero Diaz- ESPAÑA), “Pasionaria” (Leonor Bruna, ESPAÑA), “Le Silence sousl´s L´ecorce” (El silencio bajo la corteza de Joanna Lurie- FRANCIA), “Praxis” (Claudia Bernet Valle- CHILE), “Pino” -”The Chairis (Las sillas” Fatima Yasrebi- IRAN), “Misericordia”(Maryulis Alfonso Yerosn - CUBA) y “Open”-”2 ACT1” (Borislava Zahova - BULGARIA -EE.UU).
Las diversas temáticas que se pudieron ver en el festival invitaron a nuevas reflexiones acerca de una excelente investigación llegada desde Neuquén con el acento puesto en mujeres copleras, la imagen de los viñateros del río desde Buenos Aires ofreció un excelente calidad fotográfica, ficciones interesantes, animaciones y mujeres en las cárceles, fueron algunas de las miradas que recayeron sobre un festival que sumándose a la Jornada de lucha por la no violencia hacia la mujer, propuso revitalizar y dignificar su espacio.
La idea es que el festival pueda crecer año tras año, proponiendo mesas de debates o talleres, donde la diversidad y la reflexión puedan atraer nuevos cuestionamientos acerca del rol de la mujer, sus intereses y motivaciones en pleno SXXI.


Ana Paula Rosillo.

¿Qué ves cuando me ves?: una mirada sobre el teatro actual.




Originalmente se transformó en un ciclo de difusión acerca de las poéticas que se trabajan en Rosario relacionadas al quehacer teatral. Con el tiempo, creció su conocimiento, difusión y permitió sentar bases de análisis. Julio Cejas responsable y organizador, comentó algunas cuestiones referidas a las problemáticas que se atendieron.

El conocimiento del espacio que abre una obra teatral es siempre un espacio a redescubrir, que implica necesariamente ampliar los horizontes de la mirada y atender a sus nuevos aportes. Repensar la labor teatral, compararla y analizarla, dibuja nuevos aciertos, interroga certezas y funda dudas por entre el esquivo entramado de interpretaciones posibles. Articular miradas, en este ciclo fue un emergente cargado de una polisémica variedad de significaciones que se reeditaron y convalidaron en cada uno de los encuentros.
¿Qué ves cuando me ves? es el nombre del Ciclo “Un espacio para aprender a ver el teatro”, que se desarrolló durante este año en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, juntos a diversas propuestas de crítica y análisis compartidas con directores de teatro, actores, invitados espaciales y público general. Algunos de los presentes fueron; el grupo Esse Est Percipi (Ser es ser percibido), Hijos de Roche, El Rayo misterioso y Teatro por la identidad, entre otros.
De la experimentación a la búsqueda de una dramaturgia propia; un espacio de construcción de sentido y la exploración de nuevos lenguajes escénicos, fueron las temáticas que rodearon los encuentros junto a diversas obras sugeridas. Teatro por la identidad planteó el retorno del teatro político, la reminiscencia de Teatro abierto, sus vaivenes y nuevos aportes relacionados con el lugar de la dramaturgia actual.
Un lenguaje que se busca en los espacios de las ausencias. La memoria y la justicia como disparadores de una dramaturgia social, actuaron como motivadores para repensar las actuales relaciones entre el teatro por la identidad y los escenarios gestados por las madres de Plaza de Mayo . Entre los invitados del anteúltimo encuentro estuvieron presentes: Claudia Piccinini (Teatro por la Identidad), Romina Bozzini (Abuelas de Plaza de Mayo), Miguel Passarini (Diario El Ciudadano, Critea) y elencos participantes del V Encuentro de TeatroXlaIdentidad Rosario2010, bajo la coordinación de Julio Gabriel Cejas.
¿Cómo se desarrolló durante este año este espacio de encuentros?
- “Surgió a partir de la Escuela del Espectador y comenzamos hace aproximadamente dos años junto a un proyecto de Jorge Dubatti en Buenos Aires que yo continué en el Centro Cultural de la Cooperación de Rosario. Actualmente fui invitado desde el Centro Cultural Bernardino Rivadavia por un interés del director. Decidí ponerle este nombre tomado de la conocida canción de ‘Divididos’ , ´Qué ves cuando me ves?, porque justamente aquí venimos a reflexionar que pasa con la obra cuando termina la función y que puede ver el espectador desde su lugar. Dentro de esta propuesta me interesó tomar los grupos de danza y teatro más emblemáticos en cuanto a los años de trayectoria como ‘El Rayo Misterioso’, ‘Esse Est Percipi’ [Ser es ser percibido] y ‘Seisenpunto´, entre otros”.
La idea crucial que atravesó el eje del ciclo estuvo relacionada con el entrecruzamiento de la ética y de la estética de diversas agrupaciones teatrales vinculadas a la danza o danza teatro, para gestar desde este espacio de encuentros nuevas miradas, ampliar horizontes y dibujar un mapa posible de interpretaciones y reflexiones contemporáneas ante la labor cultural y artística. Incluso una paradoja que cabe destacarse en este sentido, reside según expuso Cejas, en lo que sucede hace unos años, “entre la gran experiencia de algunos grupos y la falta de comunicación con el público de la ciudad”, que sin dudas deberá ser trabajado y desarrollado.

Acentuando en la recepción

Ahondar entre los espectadores no es una tarea sencilla, encierra necesariamente ciertas variables que a su vez despierta diferencias. Una de ellas estuvo signada por quienes conocen las producciones teatrales comerciales o aquellos se encuentran identificados con la sala exclusivamente. Al respecto, Cejas advirtió “hay muchas personas que desconocen otros sitios donde se hace teatro y donde el emergente teatral presenta otras características. Existen muchos grupos que han triunfado con sus obras en festivales o fuera de la ciudad”. Esta distinción merece ser tenida en cuenta ya que las producciones locales independientes, se realizan con escaso presupuesto, buenos libros y en algunos casos las puestas en escena superan expectativas abriendo espacios de reflexión que usualmente no son tenidos en cuenta.
¿Cuáles fueron las temáticas que se abordaron desde el Ciclo?
- “Empezamos con el teatro político, el teatro del humor, fueron algunos de los disparadores desde el comienzo del Ciclo cuando hablamos con Romina Mazadi Arró, de Los Hijos de Roche que hizo una versión de la obra de Pirandello ´Seis personajes en busca de un autor´ trabajado desde una particular forma vinculada con el absurdo y mediante un humor diferente. Un humor que profundiza y distancia para analizar algunas cuestiones. También estuvimos con Rody Bertol, que cumplía los veinte años de ‘Rosario Imagina’ y hablamos sobre la producción porque es uno de los grupos que más se relaciona con este fenómeno. Pudimos poner en escena su primer teatro político con este otro teatro actual vinculado con la inseguridad. Siempre recalamos en obras y en el acercamiento al teatro de esas temáticas”.
- Puntualmente en lo que hace a la anteúltima presentación que fue sobre el teatro político, ¿cuáles fueron los ejes del encuentro?
- - “ Vincular los orígenes de lo que fue esta movida en Teatro Abierto que para Rosario también resultó un punto de inflexión muy fuerte, que puntualizó un antes y un después porque marcó los retazos de lo que había quedado del teatro político y lo que pasaba con la incipiente llegada de la democracia. Hubo modos comunes por parte de los grupos. Hoy estamos pasando por un momento en algunas cuestiones similar con el Teatro por la identidad, abriendo el panorama para el debate acerca de las estéticas y poéticas que circulan”.
- Respecto de las obras que se sitúan en el marco del Teatro por la Identidad, en breve se presentará en Rosario, un trabajo denominado “La huella de los pájaros” , que dirige un joven realizador, autor y dramaturgo, Severo Callaci, sobre un informe de los prisioneros clandestinos en Fay Luis Beltrán, “es un trabajo para mencionar”, recaló Cejas, apuntando una obra que merece ser vista.
El ciclo finaliza con su último encuentro que se realizará el próximo miércoles de noviembre. Sin embargo, el año que viene proyecta nuevas expectativas y trae aparejados nuevos escenarios posibles. Un andar que no se detiene y desde siempre reclama un interlocutor, el teatro hace decir a su propia época y coopera en su interpretación. En este espacio, siempre habrá una necesidad vigente y reactualizable, donde el encuentro con el espectador desande un camino abierto, inalcanzable e interminablemente prolífico.

Ana Paula Rosillo.

“El ambulante”, un documental argentino que triunfa en el mundo


“El ambulante” (The peddler) es un multipremiado documental que pasó por las salas de Buenos Aires, Córdoba y Rosario y triunfó en festivales internacionales. Podría interpretarse como una road movie que apuesta desde el documental a una búsqueda metalingüística, donde el cine dentro del cine es posible, a partir de rescatar a un personaje atípico y condensar en un guión una idea itinerante donde las imágenes y sus intérpretes, “están vivos”.

Con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), la Fundación Holandesa Jan Vrijman y la Municipalidad de la localidad cordobesa de Benjamín Gould, tres documentalistas siguieron a Daniel Burmeister durante varias jornadas, mientras filmaba una nueva versión de “Matemos al tío”, la última de sus producciones.
Ganadora de numerosos premios internacionales, entre ellos el Premio del Público a la Mejor Película Argentina del 12º BAFICI y el premio al Mejor documental en Festival Latino de Los Angeles. Dentro de la larga serie de premios recibidos, vale mencionar también algunos logros importantes; ganó el premio al Mejor Nuevo Documental en el Festival Internacional de Cine de Abu Dhabi, Mejor Película latinoamericana FIDOCS, Santiago de Chile, Mejor Documental en el Festival de Cine latino de Flandes, Premio Horizontes Dok Fest - Munich, Permio Best Life por el Mejor relato biográfico en el Festival de Bolonia y Mención del jurado en la Competencia Internacional de Documentales Marfici Mar del Plata.

Una historia simple
Desde hace años Daniel Burmeister lleva a cabo una de las obras más prolíficas del cine argentino. Cargado con un pequeño equipo y a bordo de su destartalado auto, recorre miles de kilómetros ofreciendo de pueblo en pueblo la creación de un film interpretado y realizado con la ayuda de los vecinos de cada localidad a cambio, únicamente, de casa y comida. Títulos como “Matemos al tío”, “Mi amigo el doctor” o “Terror en la casa abandonada” forman parte de su filmografía y de la memoria de miles de habitantes de pequeños pueblos del interior que participan, bajo su dirección, de una experiencia única. Todo el proceso creativo de Burmeister queda registrado por los realizadores de este film, que encuentran el punto de vista y el tono adecuado para contar una historia llena de emoción, contratiempos y situaciones cómicas. La búsqueda de locaciones, la selección de los actores, la puesta de cámara, el montaje y finalmente la exhibición no sólo descubren cómo se hace una película para cualquier espectador neófito, sino que construyen y revelan la vida y obra de un gran desconocido que resume una pasión por el cine y la vida pocas veces vista.
Reunidos por primera vez en la producción, escritura del guión y dirección, la película argentina “El ambulante”, de Adriana Yurcovich, Eduardo De la Serna y Lucas Marcheggiano, esconde una historia apasionante. La idea surgió a partir de una charla informal con la gente que organiza el ciclo “Cine con Vecinos” en Saladillo, comenta Eduardo De la Serna, uno de los directores del multipremiado documental. Fueron los cineastas que presiden la Fundación “Cine con Vecinos”, Fabio Junco y Julio Midú, quienes a partir de una charla informal, sembraron la novedad, anticipando un hecho extraño, “hay un tipo que anda de pueblo en pueblo filmando películas”, comentaron allá por el 2005. Un par de años después cuando el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) lanza un subsidio para documentales de bajo presupuesto, Eduardo decide reunirse con Lucas Marcheggiano y Adriana Yurcovich, para evaluar la situación y es cuando el recuerdo de aquella anécdota cobra sentido. En contacto nuevamente con la gente Saladillo llegaron al mail de su protagonista, lo demás es parte de una historia cada vez más conocida. Posteriormente, comentó Eduardo “le propusimos a Daniel la idea de hacer un documental y él se mostró dispuesto”. Luego vino el momento de conseguir el dinero, el proyecto fue considerado por el INCAA para el subsidio al que también se sumó otro otorgado por la Fundación holandesa Jan Vrijman, para rodar en el 2008 y terminar en el 2009.
Como el documental fue subsidiado por la Fundación “eso nos dio la posibilidad de presentarnos en el festival de Amsterdan que es el festival más importante de documentales del mundo. Tuvimos muy buena repercusión, terminamos entre las diez más votadas del público. Un documental desconocido que de pronto comenzó a ser visto entre otros trescientos. A ese festival van muchos programadores, directores de festivales, y a partir de eso se nos empezaron a abrir puertas”, adelantó su director. “El ambulante”, actualmente participó de casi cuarenta festivales internacionales y ganó ni más ni menos que diez premios, al respecto anticipó; “estamos muy contentos con la repercusión, deseábamos pero no esperábamos esto, sin dudas, superó nuestras expectativas”.
EL AMBULANTE ganó también el Black Pearl Award for Best Documentary by a New Director, recibió el Premio al Mejor Documental de la sección Nuevos Horizontes y obtuvo buenas críticas y comentarios en “Time Out London”, colocándola en una lista de las mejores películas del festival y en la crítica.

Desde un pueblo de Córdoba hacia Amsterdam

Un comienzo con buenos augurios hizo el resto. Recordando los inicios, explicó De la Serna, “la pregunta que nos llevó hacia adelante en el camino de la realización fue indagar en cómo hace un solo hombre para en un mes hacer un largometraje”. Por cuestiones de producción eligieron registrar el proceso en el cuál visita un pueblo y se va, “a partir de ahí observamos todos los pasos que realizaba, que a su vez son los pasos de una filmación. Llega, hace la preproducción, el rodaje, la edición y la exhibición de esa película”. En este proceso a los realizadores no les interesaba conocer a través del protagonista que hacía, sino justamente ver cómo lo hacía. Precepto que a su vez, llevó a gestar y desarrollar la idea del cine dentro del cine, instando a la creación audiovisual desde un espacio real y sin fisuras. Los actores que acompañaron el proceso, fueron como en las mejores películas del neorrealismo italiano “no profesionales” y, articularon dentro un escenario cotidiano y compartido sus deseos e intereses.
La idea se resume en pocas líneas. Llegar a un pueblo, hacer una película por el trueque de recibir a cambio casa y comida y después de un mes estrenar en el cine. Cobrar las entradas y vender algunas copias, será un modo de vida que fue también una nueva manera de producir nuevos emergentes en el pliegue de lo real, entre vecinos y desconocidos que después fueron actores y se vieron reflejados en una gran pantalla reuniendo diferencias entramadas en un mismo sentido de pertenencia. La estética guardó sus formas en el seguimiento y la focalización del personaje protagónico. “No teníamos una estética definida, lo que sabíamos era que lo íbamos a seguir a él, si él filmaba sin luz, no iba a haber luz, nosotros íbamos a respetar lo que él estaba haciendo y eso condicionó la estética de nuestra película. Podríamos decir que tal vez en las transiciones incorporamos algo de nuestra mirada, lo demás le corresponde a él”, precisó el director.
Reunidos por primera vez en la producción, escritura del guión y dirección, Adriana Yurcovich, Eduardo De la Serna y Lucas Marcheggiano, a pesar de ser muy diferentes, supieron compatibilizar intereses y desarrollar cualidades. “Logramos complementarnos, discutimos mucho, lo bueno de que somos tres, hay distintas miradas y ante la duda, hay variables”, comentó Eduardo haciendo alusión a las particularidades del grupo.
“El Ambulante” se exhibió en el Cine El Cairo de Rosario el último fin de semana de noviembre con la presencia de uno de sus realizadores. Seguramente tendrá un largo andar por delante. De este modo, la producción argentina demuestra una vez más que el buen cine puede ser posible, los premios y homenajes, reflejan un camino de esfuerzo, que puede parecer largo, pero cuando está acompañado por el deseo, también puede algo necesario, convertirse en realidad.

Ana Paula Rosillo.

Se realizó el VI Festival Transterritorial de Cine Underground en Rosario




El festival es una herramienta social de visibilización y coordinación. Es un evento anual, producido en red, en varias ciudades simultáneamente, que permite mostrar producciones audiovisuales inéditas, experimentales o fuera del sistema industrial y, coordinadamente, poner en contacto espacios no tradicionales de exhibición generando una grilla común y un objeto/texto fruto de la inteligencia colectiva puesta así en funcionamiento y manifestación.

El VI Festival Transterritorial de Cine Underground en Rosario, tuvo lugar del 30 del Octubre al 7 de Noviembre de 2010, con entrada libre y gratuita. En esta edición contó con más de 20 horas de proyección de material proveniente de distintas latitudes del país, América Latina y de España. Asimismo, muestras de artistas visuales y fotógrafos locales. Las sedes habilitadas fueron: Café de la Flor (Mendoza 862), Espacio WIP (Mendoza 862). Los organizadores; CTM cine, Hernán Ainsa, María Luque, José Pablo Buzzo, Togetherness, Julio César Quinteros y Victoria Ciaffone. También se realizaron intervenciones colectivas en vivo a cargo de: María Lange, Adriana Gaff, Hernán Camoletto, Roberto Ruiz, Ariel Barbé, Dina, Sebastián Garavelli, Feli Punch, Buscatus Ocampo. Proyecciones diversas, intervenciones, muestras fotográficas; "Under Theda Bara", por Lucas Dante Casatti, Natalia Ceccaldi y una fiesta de cierre en el espacio Planteta X.
Este festival se propone aglutinar, difundir y pensar el difuso mapa subterráneo de cierta cinematografía, universo de realizaciones que van conformando una zona que se piensa parasitaria o hasta ajena al funcionamiento y apropiación de las instituciones estatales y los centros de difusión legitimadores. Propone, además, promover la libertad del conocimiento para circular, itinerarios diversos en el espacio urbano, la voluntad de expresión, el derecho a la resistencia, el activismo sociocultural y la autogestión.
Se organiza en forma abierta, es decir que cualquiera puede participar en las reuniones presenciales y/o cooperar desde la lista virtual ofrecida como herramienta. Funciona como lupa mediática, que amplifica la presencia de obras audiovisuales de baja circulación, grupos de realización, espacios culturales no específicos o no tradicionales y problemáticas concretas relacionadas principalmente al medio audiovisual y a su entorno de producción y difusión.

Red multifocal

El festival es transterritorial desde el momento en que varias ciudades de Latinoamérica coordinan un punto de encuentro en red en el que, desde diferentes posturas ideológicas y culturales, proponen la visibilización de obras audiovisuales de difícil acceso, que existen en estado semi fantasma en el mismo seno de esas y otras ciudades. El verdadero carácter inusual del encuentro radica en el traslado de las proyecciones a lugares atípicos, desde el punto de vista de los circuitos oficiales de exhibición, con la ambición de concretar una red multifocal y horizontal, sin límites y sin centros, que vincule a todos y cada uno de los elementos que le dan forma.
Cabe aclarar que el Festival Transterritorial de Cine Underground “no es puramente un festival de cine; casi ni siquiera es un festival de cine en absoluto”. En él convergen diferentes formas de expresión audiovisual, plástica, virtual y sonora; diferentes tipos de recursos humanos y materiales, en un intento de borrar límites y conformar una unidad integral de manifestaciones. Pero además, como un ser que vive y respira por sí mismo, compuesto a su vez por otros seres que viven y respiran, el festival crece, piensa, cambia, se enferma y vuelve a recuperarse; y todas sus células, desde su lugar y función, apuntan a una cohesión dinámica.

Armar redes

Este evento se organiza desde hace seis años y es el quinto que se realiza en Rosario. Los inicios se produjeron en un inusual espacio, una peluquería fue el ámbito de creación de un festival que a lo largo del tiempo no tendría fronteras. Victoria Ciaffone, organizadora en Rosario, comentó “había mucha gente que hacía películas al margen de espacios tradicionales, asi fue como decidimos organizar un festival, llegaron distintos largomentrajes que son independientes, son cine under”. En una segunda etapa, la organización se centró en lo transterritorial que significa que se lleva a cabo en diversas ciudades de América Latina, el trabajo es descentralizado y apunta a revitalizar un ciber activísimo. “Compartimos material, cada ciudad tiene sus pautas, pero a grandes rasgos el festival tiene sus propias reglas. Todo lo que se recibe se proyecta”, comentó la organizadora. Además “es de entrada libre y gratuita, la idea es justamente darle difusión a películas que no la tienen. La producción del cine local está en función de la recepción del cine local”.
Hasta el momento la transterritorialidad llegó a un total de 8 ciudades en América Latina, también en esta dinámica de participación y organización, cada una de ellas presenta su propio recorrido y hace su propia difusión aportando un resultado global. La finalidad que se persigue “reside en unir artistas locales de modo que en cada ciudad se teja una red de intercambio que tanto desde lo organizativo como quienes participen en un futuro puedan hacer otra cosa, por eso la idea es armar redes”, precisó Victoria.
En éste ámbito participativo y de integración las nuevas tecnologías aportan lo propio, contribuyendo al trabajo en equipo. “Cada vez que se inicia la organización de un nuevo festival convocamos ideas, manos y sedes, buena voluntad y amor”, expresó Ciaffone. Por su parte, Mónica Fessel, realizó fotografías y registro de las distintas actividades y en este sentido manifestó que “las redes que son virtuales sirven para generar contactos reales”.


Una estética

La crudeza técnica, en su búsqueda más primitiva, crean y agotan efectos que conducen a otra posición de la mirada. Abrir los ojos, extender los sentidos, despertar sensaciones, intervenir deseos, son algunos de los interrogantes que suman reflexiones desde las imágenes que se proyectaron la semana pasada en la muestra de Cine Under. Producciones de realizadores rosarinos poblaron la gran pantalla y se convocaron en un espacio insual, películas experimentales, que juegan con la distorsión del sonido, la sintaxis de la imagen y las frases visuales que componen el montaje, armaron un ensayo poético propio articulado en una categoría de autor que alguna vez descubrieron los jóvenes de la nouvelle vague. Nuevas expresiones abiertas, nuevos horizontes para experimentar y otra vez, volver a mirar.


Ana Paula Rosillo.

Invitados de Lujo: Noé Jitrik y César Aira



El Primer Encuentro Internacional de Literaturas Americanas realizado en Rosario del 28 al 30 de octubre, desplegó reflexiones en torno a las literaturas nacionales y sus textos fundadores. César Aira con encanto y sutil delicadeza supo desmitificar “Amalia” una de las primeras novelas argentinas. Por su parte Noé Jitrik apeló a repensar la literatura como una construcción y “lo fundacional” como inamovible y destinado a permanecer. Dos escritores mundialmente reconocidos, dos autores.

Dentro del Primer Encuentro Internacional Literaturas Americanas, 200 años después de la emancipación política, se presentó el panel “Las literaturas nacionales y sus textos fundadores”, junto a Noé Jitrik, César Aira y Sandra Contreras, en la coordinación.

César Aira

Es un escritor y traductor argentino. Desde 1967 vive en Buenos Aires. Ha publicado más de sesenta obras, sobre todo novelas cortas. Es uno de los escritores más prolíficos de las letras argentinas, habiendo publicado más de treinta libros: desde 1991 publica anualmente de dos a cuatro libros de cerca de cien páginas de extensión. Su novela "Cómo me hice monja", publicada en España en 1998, fue elegida una de los diez mejores publicados en aquel país. En diversos diarios y revistas pueden leerse sus ensayos, breves y sagaces, sobre distintos autores. Ha dictado cursos en la Universidad de Buenos Aires (sobre Copi, Rimbaud) y en la Universidad de Rosario (Constructivismo, Mallarmé), y ha traducido y editado en Francia, Inglaterra, Italia, Brasil, España, México y Venezuela. Recibió la beca Guggenheim en 1996.

Noé Jitrik

Es "Profesor en Letras", Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires, 1953; Doctor H.C. en la B.U.A.P. de Puebla, en la Universidad Nacional de Cuyo y en la de la República (Uruguay); Profesor Honorario de la U.B.A y de la Universidad de los Andes (Venezuela), Ad-Honorem en la Universidad de la República (Uruguay).
Enseñó en las Universidades Nacionales de Córdoba y Buenos Aires (Argentina), Besançon (Francia), El Colegio de México, U.N.A.M. (México), desde 1960; complementariamente, como invitado, en Indiana University, University of California (Estados Unidos), San Juan de Puerto Rico, CELARG (Venezuela), Universidad Nacional de Colombia, Universidad Católica de Chile y otras. Fue Investigador Principal del Conicet (Argentina). Dirige el Instituto de Literatura Hispanoamericana (Facultad de Filosofía y Letras, U.B.A., Argentina). Publica desde 1956 pero, a partir de 1987, entre otros, La vibración del presente (1987), Lectura y cultura (1987), El balcón barroco (1988), Historia de una mirada (1992), Historia e imaginación literaria (1995), Suspender toda certeza (1997), Vertiginosas Textualidades (1999), Los grados de la escritura (2000), Línea de flotación (2003), entre otros.
Obtuvo Premio a la Trayectoria Artística 1999 Fondo Nacional de las Artes (Argentina), Premio al Mérito Konex 2004 y 2006, Premio Konex de Platino (2006). Columnas periodísticas en Reforma (México) y en Página 12 (Argentina).


Las literaturas nacionales y sus textos fundadores.


El voluntarismo que impregnó el programa de los intelectuales americanos después de las guerras de independencia se expresó no sólo en el diseño de proyectos de Nación sino en la postulación de culturas nacionales que fundaran, entre otras manifestaciones, una literatura propia. Algunos textos asumieron, programáticamente, esta voluntad; otros se encontraron con ella, tal vez sin premeditación, y años después, o por obra de las lecturas y del tiempo cuyo decurso cambia los libros.
La lectura que hoy hacemos de Sarmiento, de Mármol, de Payno, o de Isaacs, pero también de Darío, de Macedonio, de Lezama Lima o de Borges, puede volver a mostrarnos el carácter mítico y ficcional y hasta la falla y el malentendido que subyace en la fundación de una literatura nacional.
A mediados del siglo XIX José Mármol publica la primera novela argentina Amalia. Mientras la poesía decrece su espíritu combativo y se vuelve hacia lo anecdótico y sentimental: Carlos Guido y Spano y Ricardo Gutiérrez, las crónicas costumbristas: Vicente Fidel López, Lucio V. Mansilla y Juana Manuela Gorriti y las históricas: Bartolomé Mitre y Domingo F. Sarmiento, testimonian el sentimiento de la organización nacional.

Desmitificación

César Aira eligió “Amalia” como el gran tema de su disertación y desmintió los honores que pudo haber recibido. Enunció varias cuestiones acerca de las implicancias del gusto en cuestión literaria. Precisó diferenciaciones entre “lo bueno” y “lo malo”, como una cuestión de época. Estableció consideraciones respecto de la falsa superioridad del gusto y anunció “todo gusto es adquirido y depende de la convención de la época, en este sentido, todo es convención e incluso que haya literatura es convención”. Al añadir conceptos acerca de la literatura, explicó “la literatura es ‘literatura de una huída´ e implica un camino abierto que está facilitado por el realismo. No hay a su vez un gusto eterno o clásico”.


La literatura y dos parábolas


Noé Jitrik comenzó su exposición anunciando dos cuestiones paradigmáticas de la literatura en tanto construcción y como biblioteca.
“El texto literario es un edificio en construcción está organizado mediante saberes, necesidades y conglomerados. Posteriormente viene un tiempo de organización de la obra. Algunos materiales quedarán cubiertos mientras que otros no. Terminada la obra los constructores se van”. Indudablemente los escritores salen y los que “ocupan” la obra son los lectores y en este sentido, estableció dos categorías. Los que comprenden, es decir aquellos que le dan sentido porque pueden percibir los materiales con los que está hecha y, los que simplemente la reciben sin comprenderlos.
La segunda parábola, reside en que la literatura es una biblioteca y como tal “se encuentra ocupada, es una biblioteca llena de libros”. En esta imagen existe un valor y es que “hay libros nuevos que intentan entrar a la biblioteca y para entrar tienen que sacar a otros que ocupan su lugar. A veces se le hace lugar a un texto nuevo, otras, cae en la indiferencia y el olvido”. Generalmente ocurre, planteaba Jitrik, que hay libros que ya están y no se dejan empujar “esos libros que no se mueven de sus sitios, ¿serán los fundadores? ¿Y justamente por eso no se dejan expulsar?”.
En parte estas declaraciones contribuyen a repensar un tributo a la Sociología puesto que existen ciertos programas de lectura de los estados que se pueden atribuir a las Naciones. Sin dudas “si la inmovilidad es el argumento de lo fundacional, queda flotando un fantasma de la ‘nacionalidad’”. Es válido pensar entonces “la fundacionalidad a partir de tres vías: la apertura, el implante y la consolidación. Entre los textos que presentan el carácter de apertura, Jitrik mencionó a Rubén Darío, como un texto que “hace pensar y que abre”, también se posicionan aquí; “El facundo” y “Trilse” de César Vallejo, entre otros.
Las disertaciones plantearon otras opciones de análisis, Aira leyó su planteo, mientras Jitrik buscó dialogar con el público.
Las emergencias de lectura de las obras fundacionales en la historia literaria son consecuencias de lo que Michael Foucault denominaría “la voluntad de verdad de época”. Inevitablemente no hay lectura sin convenciones interpretativas que regulen signos e imaginarios propios de cada momento histórico. Es imposible imaginar leer un texto fundacional sin situarnos en su emergente de época. Seguramente hoy podemos hacer lecturas renovadas de los textos inaugurales pero inevitablemente en el futuro las lecturas que hoy son emblemáticas y vanguardistas, tendrán otros criterios de análisis, otras modalidades de recepción y nuevas formas de verosimilitud. Entonces veremos y leeremos a nuestra época, con otros ojos.


Ana Paula Rosillo.

Se realizó el Primer Encuentro Internacional de Literaturas Americanas.


Más de 20 invitados nacionales e internacionales se dieron cita en Rosario para participar de este importante encuentro y debatir, a dos siglos de las primeras emancipaciones políticas del continente, sobre la constitución y consolidación de las literaturas nacionales en América y su proyección hacia el siglo XXI.


Desde el 28 al 30 de octubre se realizó en Rosario el Primer Encuentro Internacional de Literaturas Americanas, “200 años después de la emancipación política”, en el Centro Cultural Parque de España, institución que organiza la actividad junto al Programa Bicentenario de la Municipalidad de Rosario, con la colaboración del Instituto Cervantes.
De la inauguración participaron el secretario de cultura de la ciudad de Rosario, Horario Ríos, el Cónsul de España en Rosario, Jesús María Rodríguez-Andía y el director del Centro Cultural Parque de España, Martín Prieto.
La gran respuesta del público frente a la convocatoria confirma a Rosario como una ciudad cercana a la literatura y los escritores: fue sede del Congreso Internacional de la Lengua y del contra-congreso de Las Lenguas en 2004 y del consagrado Festival de Poesía que se realiza anualmente.
El encuentro tuvo la participación de figuras centrales como; Julio Ramos (Puerto Rico/Estados Unidos), Noé Jitrik (Argentina), César Aira (Argentina), Hortensia Campanella (Uruguay/España), Alan Pauls (Argentina), Horacio Costa (Brasil), Martín Caparrós (Argentina), Ignacio Echeverría (España), Alan Millis (Guatemala), Fabricio Mejía (México), entre otros.
Entre las temáticas más importantes desarrolladas en el encuentro desfilan varias cuestiones; “Los deseos renovados del americanismo”, “De la emancipación política a la emancipación cultural”, “Las literaturas nacionales y sus textos fundadores”, “La literatura rioplatense y sus textos clásicos” y varias reflexiones más en torno de la crónica, la legitimación literaria, las lenguas en conflicto y los antipoetas, por mencionar algunos más.

Deseos y renovaciones

La conferencia de apertura denominada “Los deseos renovados del americanismo”, por María Teresa Gramuglio, hizo referencia a las Literaturas nacionales y/o americanas.
Desde sus comienzos y hasta hoy, la literatura de América latina se encuentra atravesada por esa y otras tensiones inscriptas en su misma formación.
La ocasión y el propósito del encuentro invitaron a pensar, una vez más, en la difícil construcción de un objeto que atraviesa las fronteras de las literaturas nacionales que lo componen. Esta reflexión no puede
ser ajena a las tendencias actuales de la crítica, la historiografía, los estudios culturales contemporáneos, que buscan resolver los problemas epistemológicos y metodológicos que plantea la creciente conciencia
del carácter internacional o transnacional de los más diversos aspectos de la vida social y cultural en la era del capitalismo globalizado.
Posteriormente con la temática “De la emancipación política a la emancipación cultural. Los romanticismos americanos”, María Teresa Gramuglio, Julio Ramos y Harold Alvarado Tenorio, ofrecieron sus posturas al respecto.
El siglo XIX es partícipe de una nueva sensibilidad que impregnó todos los pliegues de la cultura moderna: la dimensión estética, política, filosófica. Y se entreveró en las discusiones –y las ilusiones- acerca de las “naciones” y los “nacionalismos” emergentes en Latinoamérica. Leídos o releídos desde la actualidad, los poemas de Byron y la literatura de Goethe, los paisajes históricos de las novelas de Walter Scout o de Víctor Hugo forman un entramado con los grandes clásicos latinoamericanos –de la María de Jorge
Isaac al Facundo de Sarmiento–, que la crítica literaria actual puede revisar a la luz de una red de diálogos e intercambios transnacionales.

América y multiplicidad

En diálogo con Julio Ramos, consultamos ¿Cuál es su mirada sobre el carácter transcultural de la globalización, sus emergentes y mixturas?
- “La multiplicidad y la complejidad del mundo contemporáneo, se ha transformado también por el capital global. Las preguntas acerca de las dislocaciones espaciales y temporales, creo que podemos explorarlas en campos distintos y ante diversas manifestaciones. Hace poco me tocó conversar sobre la obra musical de un compositor cubano moderno que nació en Francia llamado Amadeo Roldán. Sus modos de composición y su trabajo con distintas temporalidades y ritmos en su música, me parece que explicita un verdadero trabajo con la multiplicidad humana en términos de experiencias diversas y diferentes formas de la memoria que se cruzan a veces violentamente en la experiencia colonial. Amadeo Roldán desde la música venía pensando en la relación de modernidad musical en las tradiciones que él trabajaba, desde Debussy o Stravinski. En este terreno acústico tan erudito él introduce la percusión, a mi me interesan mucho esos ajustes a los que somete la música erudita, cuando introduce los tambores afrocubanos. Realizó musicalizaciones de los poemas de Nicolás Gillén y también trabajó con conjuntos de percusión que lo conectan con los trabajos de John Cage en la década del ’40.
Es bueno pensar en las condiciones que hacen posible que emerja algo nuevo dentro de un campo institucional y, sin dudas, esto tiene que ver con las identidades culturales y con las tecnologías de la comunicación misma. Es interesante repensar la música como espacio múltiple y diverso que condiciona el tiempo, las razas y la memoria”.
Otro de los temas que mencionó en la disertación fue “la metafísica del trabajo y el entorno laboral actual” ¿Cuál es su apreciación?.
- “Uno de los modos de identificar a los ciudadanos hoy en día es por medio de la pregunta si trabajan o no y, a dónde trabajan. Esto de dime a que te dedicas y te diré quién eres. Son preguntas que por un lado tienen sentido económico, por su relación con la inserción laboral, pero además son demandas sociales que funcionan como interpelaciones. A su vez le exigen al sujeto una inserción laboral para sentirse sujeto con valor humano. La paradoja es que esta sociedad –donde el trabajo ha cambiado tanto- no todo el mundo consigue trabajo o cumple con ese horizonte de expectativas demandada para garantizar nuestro ‘valor’ (en término de prestigio o estabilidad emocional). Creo que en las crisis contemporáneas de la transfiguración del trabajo y del tiempo productivo, podemos revisar ciertas historias literarias y culturales. Para el cine es fundamental. Si pensamos en el montaje como técnica de edición es contemporáneo al fordismo y a la producción en serie. Mientras el plano secuencia de Tarkovski está ligado a un tipo de sensibilidad contemporánea que es posterior a los grandes relatos de la productividad y el progreso. El montaje de Tarkovski se opone al montaje dialéctico para Eisenstein o Vertov.
Entonces estas técnicas del cine están vinculadas al tiempo social y a los modos en que la organización técnica y económica jerarquizan los hábitos y la temporalidad del cuerpo mismo.
Creo que es una de las zonas para pensar no sólo desde la sociología y la economía, sino también desde los estudios sobre otras expresiones culturales”.
Finalmente ¿cuál es su mirada actual sobre las literaturas americanas?
- “Es una pregunta muy difícil porque se trata de zonas muy amplias que incluyen al norte y al sur. Implica otras lenguas no solo amerindias sino europeas, entonces es difícil hablar de un modo de literatura americana. Es la multiplicidad misma, pero eso no invalida los intentos de reunirnos para conversar sobre las particularidades o convocarnos a reflexionar nuevos modos de promoverlas y todo aquello que hace a la multiplicidad misma”.

La diversidad es constitutiva de América Latina, no hay entramado social que pueda escapar de la pluralidad constituyente. La posmodernidad a su vez, acarrea la globalización intrínseca de las fronteras que algunas vez dividieron países. Hoy, la hibridación cultural, racial, religiosa, cultural, es un emergente originario de las nuevas tendencias sociales y por lo tanto colectivas, históricas, culturales y artísticas. No es extraño entonces que podamos, como latinoamericanos, reconocernos en la imagen latente y presente de esa hibridación. Será hoy éste un reconocimiento necesario y la literatura, la música, la danza, el teatro y cine, materiales expresivos e irrupciones inestables de particularidades nacionales y nuevos horizontes cercanos.



Ana Paula Rosillo.

Espacio de reflexión, crítica y análisis para repensar las tramas sociales actuales.


Finalizó el ciclo “Un por-venir adulto”.

Durante el transcurso de esta semana más precisamente el pasado miércoles en las instalaciones del Centro Cultural Bernardino Rivadavia en Rosario, ubicado en San Martín 1080, finalizó por este año el Ciclo “Un Por-Venir Adulto”, a cargo de las psicólogas Adriana Bueno, Cecilia Pedro y Sandra Piotto, dirigido a padres de adolescentes, docentes e interesados en la temática y contó con el auspicio por el Colegio de Psicólogos de Rosario. Este ciclo tuvo muchas aristas y planteó diversas problemáticas a lo largo del año, entre ellas; “Adolescencia: Problemas de alimentación”, con invitados como; Dr. Héctor Aldo Miglietta (Lic. en Nutrición) y María Laura Bécares. “El rol de los padres en la adolescencia”, tuvo las presencias de Jorgelina Rumene (Abogada), Isabel Tealdi,(Abogada) y Jimena Staurini (Trabajadora Social).

La historia de una necesidad social

En pleno 2001 con el marco contextual que acompañaba la gran crisis económica en nuestro país, comenzaron a llegar al Colegio de Psicólogos demandas de personas que necesitaban ayuda. Como respuesta surge una propuesta y una salida concreta hacia la comunidad por parte de las psicólogas Adriana Bueno, Cecilia Pedro y Analía Piotto. De esto modo y por difícil que parezca, comentan “decidimos formar un espacio de reflexión, donde nos pudiéramos escuchar, buscábamos más que dar una clase magistral sobre un tema, puntuar algunas cuestiones y por sobre todas las cosas, generar un diálogo, donde se pudiera gestar un espacio de escucha y de intervención”. A esta interesante propuesta le incorporaron la necesidad de “hablar acerca de la adolescencia”, puesto que es un tema muy candente no sólo por los cambios sociales generados, sino por la crisis y los cambios actuales.
Una larga permanencia de nueve años recorre el sendero de la trayectoria que supieron primero conseguir de la mano una reconocida psicoanalista, Laura Capela y, posteriormente mantener, teniendo en cuenta siempre la posibilidad de posicionar el análisis desde y partir de una trama social concreta, logrando que el ciclo fuera declarado de interés comunitario.
El modo de armar las temáticas y realizar un recorte social, surgió a partir de observar lo que los medios de comunicación plantean y publican, abordar las problemáticas de las escuelas junto con el interés de las mismas personas que asisten al Ciclo, generaron tópicos muy candentes e incluso hubo propuestas imprevistas, que enriquecieron su desarrollo. Ante la necesidad de estructurar un eje que ofreciera sistematicidad y coherencia, decidimos, apunta Adriana “darle importancia a la palabra, consideramos que a las palabras no se las lleva el viento, algo dejan o nos dejan. Nuestra intención entonces es transmitir algo, dejar alguna pregunta, llevarse una interrogación y ver otros puntos de vista”. Aportando una idea acerca de la búsqueda iniciada, Sandra Piotto explica “me parece que una de las cuestiones que se ha valorado es la de construir un espacio donde esté la posibilidad del diálogo, donde cada uno pueda escucharse aunque sea desde las diferencias, aceptando que el otro pueda pensar diferente y que eso no invalide la posibilidad de escucharnos. Al principio este planteo nos parecía impensable, creíamos que no íbamos a poder lograrlo, buscábamos no imponer ideas sino transmitir lo que pensábamos y dar el espacio para que se plantee el intercambio. La posición que estuvo siempre presente fue la posición del adulto frente a la sociedad que lo atravesaba y lo cuestionaba ante un adolescente que planteaba sus inquietudes”. Un pequeño lema que “nos acompañó fue el placer de pensar juntos”, apuesta Adriana “cuando la gente empieza a distenderse y a intervenir puede ser escuchada, que parece obvio, pero no lo es, detenernos un rato, venir con otros y entre otros a pensar”. Pudimos observar a lo largo del ciclo, menciona Cecilia “que mucha gente se siente aliviada cuando se da cuenta que a otras personas le está ocurriendo lo mismo, que no están solos que no son únicos o raros y eso contribuye a sacarnos de la soledad. Hoy los padres están muy solos, antes estaban acompañados socialmente por una familia más amplia, la escuela, otras instituciones o el estado. Actualmente este desamparo se suma a una sociedad que los avasalla y entonces están muy desprotegidos, por eso creemos que son necesario estos espacios”.

Temas y mucho más

Entre las temáticas y puntos nodales más importantes que gestó el ciclo a lo largo de casi una década de trayectoria, las psicólogas apuntaron que ocuparon un lugar central; los límites, el rol de los padres, el alcoholismo, las drogas, los cambios sociales, las tribus, los abusos y las cuestiones de seguridad actuales, entre otros. Hubo además un recorrido por las escuelas realizando talleres con adolescentes en Rosario y en las regiones aledañas y, este año, trajeron invitados que ocuparon diversas áreas de crítica y análisis. Invitaron a personas que participan en otros espacios sociales, civiles y gubernamentales, pertenecientes a ONG, docentes, tutores y profesionales relacionados con las propuestas abordadas.
Reflexionando acerca del próximo año, las psicólogas coinciden en que lo más importante es sostener el espacio, convocar a otros, promover nuevos ámbitos, porque es poco lo que se conoce y se transmite de mucha gente que trabaja y apuesta a proyectos sociales. “Aunque transitamos por situaciones difíciles hay gente que está dispuesta a repensar, apostar, a ver de qué manera podemos producir una diferencia y si logramos que la gente se valla con una pregunta, habremos cumplido un gran objetivo”, expresó Sandra.


Consejos

El adolescente debe ser cuidado, debe haber un proyecto para él, debe ser considerado como sujeto y no como objeto, tiene que tener la libertad de crecer según sus deseos y potencialidades. El padre tiene que estar cerca, presente, tomar en serio sus preguntas y soportar que les pidan consejos aunque no los cumplan. Generalmente ocurre que los padres piensan más en función de sus necesidades y angustias que las de sus hijos. El de la adolescencia es un proceso largo, complejo y cambiante, por eso es importante restablecer el diálogo perdido y volver a reconocerse a partir de las experiencias anteriores. El hijo no es el niño y a veces hasta cuesta reconocerlo, por eso hay que promover la conciliación y hacer comentarios breves.

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