jueves, 2 de diciembre de 2010

“El ambulante”, un documental argentino que triunfa en el mundo


“El ambulante” (The peddler) es un multipremiado documental que pasó por las salas de Buenos Aires, Córdoba y Rosario y triunfó en festivales internacionales. Podría interpretarse como una road movie que apuesta desde el documental a una búsqueda metalingüística, donde el cine dentro del cine es posible, a partir de rescatar a un personaje atípico y condensar en un guión una idea itinerante donde las imágenes y sus intérpretes, “están vivos”.

Con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), la Fundación Holandesa Jan Vrijman y la Municipalidad de la localidad cordobesa de Benjamín Gould, tres documentalistas siguieron a Daniel Burmeister durante varias jornadas, mientras filmaba una nueva versión de “Matemos al tío”, la última de sus producciones.
Ganadora de numerosos premios internacionales, entre ellos el Premio del Público a la Mejor Película Argentina del 12º BAFICI y el premio al Mejor documental en Festival Latino de Los Angeles. Dentro de la larga serie de premios recibidos, vale mencionar también algunos logros importantes; ganó el premio al Mejor Nuevo Documental en el Festival Internacional de Cine de Abu Dhabi, Mejor Película latinoamericana FIDOCS, Santiago de Chile, Mejor Documental en el Festival de Cine latino de Flandes, Premio Horizontes Dok Fest - Munich, Permio Best Life por el Mejor relato biográfico en el Festival de Bolonia y Mención del jurado en la Competencia Internacional de Documentales Marfici Mar del Plata.

Una historia simple
Desde hace años Daniel Burmeister lleva a cabo una de las obras más prolíficas del cine argentino. Cargado con un pequeño equipo y a bordo de su destartalado auto, recorre miles de kilómetros ofreciendo de pueblo en pueblo la creación de un film interpretado y realizado con la ayuda de los vecinos de cada localidad a cambio, únicamente, de casa y comida. Títulos como “Matemos al tío”, “Mi amigo el doctor” o “Terror en la casa abandonada” forman parte de su filmografía y de la memoria de miles de habitantes de pequeños pueblos del interior que participan, bajo su dirección, de una experiencia única. Todo el proceso creativo de Burmeister queda registrado por los realizadores de este film, que encuentran el punto de vista y el tono adecuado para contar una historia llena de emoción, contratiempos y situaciones cómicas. La búsqueda de locaciones, la selección de los actores, la puesta de cámara, el montaje y finalmente la exhibición no sólo descubren cómo se hace una película para cualquier espectador neófito, sino que construyen y revelan la vida y obra de un gran desconocido que resume una pasión por el cine y la vida pocas veces vista.
Reunidos por primera vez en la producción, escritura del guión y dirección, la película argentina “El ambulante”, de Adriana Yurcovich, Eduardo De la Serna y Lucas Marcheggiano, esconde una historia apasionante. La idea surgió a partir de una charla informal con la gente que organiza el ciclo “Cine con Vecinos” en Saladillo, comenta Eduardo De la Serna, uno de los directores del multipremiado documental. Fueron los cineastas que presiden la Fundación “Cine con Vecinos”, Fabio Junco y Julio Midú, quienes a partir de una charla informal, sembraron la novedad, anticipando un hecho extraño, “hay un tipo que anda de pueblo en pueblo filmando películas”, comentaron allá por el 2005. Un par de años después cuando el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) lanza un subsidio para documentales de bajo presupuesto, Eduardo decide reunirse con Lucas Marcheggiano y Adriana Yurcovich, para evaluar la situación y es cuando el recuerdo de aquella anécdota cobra sentido. En contacto nuevamente con la gente Saladillo llegaron al mail de su protagonista, lo demás es parte de una historia cada vez más conocida. Posteriormente, comentó Eduardo “le propusimos a Daniel la idea de hacer un documental y él se mostró dispuesto”. Luego vino el momento de conseguir el dinero, el proyecto fue considerado por el INCAA para el subsidio al que también se sumó otro otorgado por la Fundación holandesa Jan Vrijman, para rodar en el 2008 y terminar en el 2009.
Como el documental fue subsidiado por la Fundación “eso nos dio la posibilidad de presentarnos en el festival de Amsterdan que es el festival más importante de documentales del mundo. Tuvimos muy buena repercusión, terminamos entre las diez más votadas del público. Un documental desconocido que de pronto comenzó a ser visto entre otros trescientos. A ese festival van muchos programadores, directores de festivales, y a partir de eso se nos empezaron a abrir puertas”, adelantó su director. “El ambulante”, actualmente participó de casi cuarenta festivales internacionales y ganó ni más ni menos que diez premios, al respecto anticipó; “estamos muy contentos con la repercusión, deseábamos pero no esperábamos esto, sin dudas, superó nuestras expectativas”.
EL AMBULANTE ganó también el Black Pearl Award for Best Documentary by a New Director, recibió el Premio al Mejor Documental de la sección Nuevos Horizontes y obtuvo buenas críticas y comentarios en “Time Out London”, colocándola en una lista de las mejores películas del festival y en la crítica.

Desde un pueblo de Córdoba hacia Amsterdam

Un comienzo con buenos augurios hizo el resto. Recordando los inicios, explicó De la Serna, “la pregunta que nos llevó hacia adelante en el camino de la realización fue indagar en cómo hace un solo hombre para en un mes hacer un largometraje”. Por cuestiones de producción eligieron registrar el proceso en el cuál visita un pueblo y se va, “a partir de ahí observamos todos los pasos que realizaba, que a su vez son los pasos de una filmación. Llega, hace la preproducción, el rodaje, la edición y la exhibición de esa película”. En este proceso a los realizadores no les interesaba conocer a través del protagonista que hacía, sino justamente ver cómo lo hacía. Precepto que a su vez, llevó a gestar y desarrollar la idea del cine dentro del cine, instando a la creación audiovisual desde un espacio real y sin fisuras. Los actores que acompañaron el proceso, fueron como en las mejores películas del neorrealismo italiano “no profesionales” y, articularon dentro un escenario cotidiano y compartido sus deseos e intereses.
La idea se resume en pocas líneas. Llegar a un pueblo, hacer una película por el trueque de recibir a cambio casa y comida y después de un mes estrenar en el cine. Cobrar las entradas y vender algunas copias, será un modo de vida que fue también una nueva manera de producir nuevos emergentes en el pliegue de lo real, entre vecinos y desconocidos que después fueron actores y se vieron reflejados en una gran pantalla reuniendo diferencias entramadas en un mismo sentido de pertenencia. La estética guardó sus formas en el seguimiento y la focalización del personaje protagónico. “No teníamos una estética definida, lo que sabíamos era que lo íbamos a seguir a él, si él filmaba sin luz, no iba a haber luz, nosotros íbamos a respetar lo que él estaba haciendo y eso condicionó la estética de nuestra película. Podríamos decir que tal vez en las transiciones incorporamos algo de nuestra mirada, lo demás le corresponde a él”, precisó el director.
Reunidos por primera vez en la producción, escritura del guión y dirección, Adriana Yurcovich, Eduardo De la Serna y Lucas Marcheggiano, a pesar de ser muy diferentes, supieron compatibilizar intereses y desarrollar cualidades. “Logramos complementarnos, discutimos mucho, lo bueno de que somos tres, hay distintas miradas y ante la duda, hay variables”, comentó Eduardo haciendo alusión a las particularidades del grupo.
“El Ambulante” se exhibió en el Cine El Cairo de Rosario el último fin de semana de noviembre con la presencia de uno de sus realizadores. Seguramente tendrá un largo andar por delante. De este modo, la producción argentina demuestra una vez más que el buen cine puede ser posible, los premios y homenajes, reflejan un camino de esfuerzo, que puede parecer largo, pero cuando está acompañado por el deseo, también puede algo necesario, convertirse en realidad.

Ana Paula Rosillo.

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