martes, 12 de julio de 2011

Daulte y dos vestuarios para un mismo proyecto.



Javier Daulte es guionista, dramaturgo y director de teatro. Fue fundador e integrante del ya disuelto grupo Caraja-ji de Buenos Aires. Ha recibido más de cincuenta distinciones tanto en el ámbito nacional como fuera del país. Sus obras, todas ellas catalogados de comedias dramáticas, han contribuido a la renovación del teatro en Buenos Aires y Barcelona, introduciendo en sus argumentos elementos fantásticos y de género dentro de una construcción hiperrealista que se manifiesta a través de sus diálogos ágiles y creíbles. Dentro de sus creaciones cabe destacar Criminal, La Escala Humana, Bésame Mucho, 4D Óptico, ¿Estás ahí?, Nunca estuviste tan adorable, Automáticos, La Felicidad, Cómo es posible que te quiera tanto y Caperucita.

Como director se destaca por la extraordinaria dinámica de sus puestas en escena y la precisa dirección de actores. Ha dirigido textos ajenos con singular éxito, tal es el caso de Baraka, de María Goos y Un Dios Salvaje de Jasmina Reza. Dicta cursos y seminarios de actuación y dramaturgia en Buenos Aires, Barcelona, Madrid, México, Caracas, entre otras ciudades y ha participado de numerosos festivales internacionales. Es asesor pedagógico de la Escuela de Interpretación EÒLIA de la Ciudad de Barcelona, donde se implementa su método para actores bajo el nombre de Procedimiento Daulte. Entre 2006 y 2009 fue Director Artístico del teatro La Villarroel de Barcelona y varias de sus obras han sido llevadas al cine. Se desenvolvió en la televisión con series como Fiscales en 1998 y el año pasado en la exitosa Para vestir santos.

Dos obras.

Proyecto Vestuarios, consta de dos obras independientes entre sí, Vestuario de hombres y Vestuario de mujeres. Sin duda existe algo y no poco, que las relaciona. En ambas obras, la anécdota básica es idéntica. Un equipo amateur de un club de barrio, que practica un deporte llamado Lacrosse, ha logrado clasificar para participar del mundial de clubes de ese deporte que se celebra en una perdida ciudad de Hungría. Y tanta es su suerte que logra llegar a la final. Cada espectáculo se divide en dos escenas. Una, antes de la final, la otra, una vez terminado el partido. El espacio donde se desarrollan ambas escenas es un vestuario, ese lugar donde lo público y lo privado ocupan lugares inéditos. Los vínculos entre los miembros del equipo y su entrenador, en donde se mezclan afectos, celos y competencias varias, son territorio fértil para que cualquier cosa pueda ocurrir, más allá del resultado deportivo.
Dos comedias despiadadas, donde lo insólito y lo cotidiano tienen el más natural de los encuentros.

Proyecto Vestuarios.

“Hacía mucho tiempo me interesaba trabajar sobre la idea del Vestuario, de un espacio particular donde lo público y lo privado se mezclan de una forma bastante especial. Lo que no me terminaba de decidir era si hacerla sobre un vestuario de hombres o de mujeres, hasta que me di cuenta que en realidad tenía que hacer las dos versiones al mismo tiempo. Así convoqué a los elencos y empezamos a trabajar. Tenía la idea y después recién me puse a escribir y a dirigir las obras conjuntamente”.

Proceso de escritura.

- “Generalmente trabajo de la misma manera, no es una creación colectiva porque no hacemos improvisaciones sino que voy escribiendo todo lo que aparece, voy escribiendo y los actores van haciendo ese texto que está escrito. A medida que voy avanzando con el montaje de las obras que ya están escritas me voy dando cuenta del funcionamiento y la eficacia de ciertos procedimientos que pongo en práctica en la escritura y, esa verificación, me va marcando el rumbo de lo nuevo que voy incorporando en la historia”.

- Disparadores que apuntalaron la creación.-

- “Las características de los actores, las características del espacio que íbamos creando, porque tuve la suerte de ensayar en el espacio donde hicimos la obra. Lo que se va a poder ver en el festival en Rafaela va a ser un poco diferente no va a ser exactamente lo mismo. Pero más allá de los lineamientos que sabía que quería trabajar respecto de la temática de la obra, que era un especie de reflexión acerca del triunfo y del fracaso, había muchas cosas que el elenco y los actores me iban condicionando en la escritura y eso lo tomé muy a favor”.

- Espacio y tiempo teatral.-

- “El diseño de cómo iba a transcurrir la obra lo tenía de antemano, sabía que era una escena antes del partido y otra escena después que marcaba el comienzo y el final durante la llegada de los jugadores al vestuario antes de esta final que van a jugar. Entonces de algún modo el tema de espacio y tiempo estaba muy preconcebido por mi y había un desafío respecto del trabajo con los actores que se presentaba en una elipsis temporal que remite a poder crear la realidad del partido que jugaron y que nunca se vió”.
- Vestuarios en el Festival de Rafaela.-

“La verdad que la obra participe del festival me encanta, tuve la suerte de viajar mucho por Europa y llevar mis espectáculos afuera y el valor de compartir este trabajo en las latitudes argentinas es algo que me da una enorme alegría y cuando obras mías se hacen en distintas ciudades del interior también me da una especial satisfacción”.

12 Julio 2011.
Ana Paula Rosillo.

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