martes, 12 de julio de 2011

“Jesucristo; el Cristo de la fe”


“Jesucrito” de Marino Moro, en esta oportunidad se presentará ante su tercer público y esta será la sexta obra que el director trae a nuestra ciudad. La creación de la imagen de Jesús no busca ser una versión alternativa, sino que trata de acercarse a la referencia que ofrece el Cristo de la fe.


“Jesucristo” de Mariano Moro por Compañía "Los del verso" dentro del género monólogo poético y dramático, se presenta hoy en el Festival de Teatro Rafaela 2011.
Haciendo pie en el Génesis y otras muchas escrituras del Viejo Testamento, y algunas del Nuevo, emerge la figura de Jesús, encarnando su posible historia y un recorrido, desde el mítico nacimiento hasta el aprendizaje y el sacrificio, desde la extrema humanidad hasta su ubicación en el trono de la divinidad. La más conmovedora historia que podemos contarnos, de luz y de sombra, de palabra y de sangre.
En una entrevista exclusiva con el director y autor de la obra, Mariano Moro comentó algunas cuestiones centrales de la obra y su proceso creativo.
¿Cómo surge la idea de la obra?-
“Hay una doble vía, por un lado un interés de siempre de la figura de Jesús que me parece muy conmovedora. En este caso si bien enfocamos más las escrituras del antiguo testamento que del nuevo, es un estudio sobre la Biblia de algún modo. Por otro lado, el actor, trabajo con un actor fantástico que hizo ya varias obras mías, Mariano Mazzei, que es exactamente igual a la imagen que a través del arte que mantenemos en la retina de Jesucristo y, como justamente iba a cumplir 33 años, pensé porque no escribirle esta obra para que nos demos el gusto todos”.
- En esta obra hay dos procesos que te implican; la escritura y la dirección, ¿cómo congeniaste ambas acciones?-
- “En lo que respecta a la escritura no puedo compararla con nada que haya hecho antes, tuve que estudiar mucho, no tenía formación religiosa, la lectura de la biblia me llevó a tratar de entender algo que nunca deja de ser intuitivo, que no es racional, que tiene que ver con la fe y es muy difícil. Además es una obra religiosa, entonces quería dar cuenta como es el Cristo de la fe, como tiene que ser, cómo hay que presentarlo –sea alguien creyente o no- los sentimientos más elevados que una persona puede tener y sus sentimientos “sagrados”. Posteriormente a eso hacerlo potable para que un actor pueda interpretarlo, que de paso resulta ser un desafío tremendo y como un espectáculo que mantenga la atención de los espectadores. Tratando así una temática muy delicada y marginal en esta época, ya que en estos tiempos existe un espíritu antireligioso. Y luego para dirigir a Mariano, fue algo de poner el corazón antes que nada y asi fuimos trabajando”.
- ¿La imagen creada de Jesucristo mantiene alguna referencia con otra obra teatral o con el cine?-
“Además de la Biblia leí muchos libros, vi bastantes películas. Pero el tremendo respeto que impone esta figura hace que se acartone un poco o que sea muy dura, o que uno sienta que no está logrado ese misterio insoluble. Hay aquí una figura como la de Jesús que es humana y a la vez divina, y esa referencia no la he visto así, -como se presenta aquí- a modo de monólogo en ningún otro lugar”.
- Sin dudas la apuesta de la obra se circunscribe a posicionar tu mirada en cierto protagonismo del actor, ¿hay algo que quisieras remarcar de la instancia del proceso creativo?-
- “Lo que remarcaría es que este trabajo exigió el máximo despegue del propio ego, del propio yo, lo cual es muy difícil para un actor y para un director también, encontramos que algo de lo sagrado estaba entre nosotros y eso fue muy conmovedor”.
- ¿Cuánto tiempo llevó la preparación de la obra y cómo se fueron realizando los ensayos?-
- “Nos llevó todo el año pasado, la estrenamos en Mar del Plata en enero del 2011, con la curiosidad de que Mazzei cumplió 33 años haciendo de Cristo y, a su vez, tuvo sus momentos duros que no dejaron de ser muy intimidantes para el actor”.
- ¿Cómo evaluás la respuesta del público?- -
“Fue muy buena en general, tuvimos premios, críticas buenísimas, mucha gente muy conmovida, llorando o muy agradecida, fue muy fuerte. Para mi el desafío con esta obra era que la gente que tiene fe o los cristianos vieran que ese es el Cristo de la fe. Y esto es algo que me dijeron muchos, todos los que eran católicos, evangelistas, protestantes, como un modo personal sin adscripción a la Iglesia. También algunos ateos me han dicho ´soy ateo y me hiciste llorar´, aunque hubo gente que presenció la obra y siente un fuerte rechazo hacia la imagen de Jesús o hacia la Iglesia. En ese sentido, la propuesta es bastante honesta, tal vez algunos han creído que como trabajo mucho con humor, me lo iba a tomar así y, si bien me gusta mucho la sátira, no me pareció interesante para este planteo. Lo que es sagrado para alguien no tiene que ser humorístico para otros. Era mucho más el desafío de tratar de hacerlo bien que dar una versión alternativa o plantear a Jesús como un guerrillero u otra cosa que puede haber sido y, esto porque es muy significativa la figura de fe que genera su imagen”.
- En ese sentido ¿cumpliste con tus expectativas?- -
“Sí, estoy muy contento con los resultados, creo que es muy bello y conmovedor. Las expectativas que no cumplieron son las de duración en el tiempo. Espero que podamos hacer durante mucho tiempo esta obra y encontrar muchos públicos diferentes, en ese sentido hay un largo camino para recorrer. En Buenos Aires estamos esperando la sala y sacando los tres meses que hicimos en Mar del Plata y un viaje a Maipú donde nos convocó la municipalidad, éste va a ser el tercer público que vamos a encontrar”.
- ¿Qué significa para ustedes participar de este festival trayendo esta obra?-
- “Un honor, porque es un festival que tiene un prestigio en pocos años muy bien ganado, todo el mundo habla muy bien y le encanta. Estuve varias veces y la gente del festival trabaja increíblemente bien, hay un público que llena las salas, tuve muchas devoluciones, la gente de Rafaela me escribe sobre las obras que vio, así que es realmente muy especial para nosotros. Es la sexta obra mía que llevo y eso es algo especial, ya es como una relación”.


11 Julio 2011.
Ana Rosillo.

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