domingo, 17 de julio de 2011

Marcelo Allasino, la voz del gestor del Festival.



Desde el pasado el miércoles 22 de junio, cuando se realizó oficialmente el Lanzamiento oficial del Festival de Teatro Rafaela 2011, en el Centro Cultural Municipal Sala Sociedad Italiana con la presencia de autoridades, periodistas, medios de comunicación e invitados especiales, a la fecha actual, pasaron muchas cosas, pero hay una que pasó, como suele suceder, dejando huellas en nuestra ciudad. Nadie mejor que el Director Artístico del evento, Marcelo Allasino, para ofrecer una mirada de la edición de este año, reflexionar sobre sus alcances, sus esfuerzos y hacer un balance de la gestión realizada.
¿Cómo llega Rafaela a ser Capital Provincial del Teatro?
- Que Rafaela sea declarada Capital Provincial del Teatro es un proyecto que presentó la diputada Rosario Cristiani y, es una idea que estaba flotando desde hacía un tiempo a partir de algo que dijo el año pasado Mónica Cabrera en el festival que incluso lo vimos en esta apertura en el video institucional. Había una intención de resaltar a Rafaela como un lugar en el que los artistas argentinos se encontraban en un espacio ideal para trabajar. Luego esto cobró más seriedad a través de la gente de Critea, los periodistas y finalmente se dio. Por ahora, siento que es un título que hay que transformarlo en algo más concreto porque más allá del festival es un título importante. Inevitablemente lleva a pensar en los santafesinos o los rosarinos que tienen en sus espaldas historias del teatro muy extensas. Lo que si se pone de manifiesto es que Rafaela, es hoy un referente indiscutido para el teatro argentino y esto tiene que ver con el festival y con un movimiento teatral que quizá no tiene el tamaño, ni la antigüedad (como ocurre en Santa Fe y Rosario) pero tiene mucha potencia. Creo que eso tenemos que capitalizarlo para que desde los espacios del Estado provincial y nacional, podamos aprovechar esta denominación para potenciar aun más el arraigo del teatro en Rafaela.
¿Cómo surge la organización del actual festival, cómo fue la selección de las obras?
- Todos los años ocurre más o menos igual, a partir de agosto-septiembre empezamos a recibir material. Esto ocurre porque los participantes del festival llevan a sus ciudades y provincias la resonancia de lo que fue entonces todo el mundo quiere venir. En esos meses empezamos a recibir un aluvión de mails y consultas. No hacemos una convocatoria formal abierta. Lo que hace el festival es programar por invitación directa y en ese sentido, nosotros invitamos a los espectáculos que nos interesan. Recibimos propuestas que nos llegan durante todo el año de diversos lugares y, además durante el año, participo de festivales o de encuentros –ahora en agosto tengo el mercado de artes escénicas en Córdoba- entonces circula una oferta muy grande de trabajo. Muchas veces pasa que veo una pila de videos interminable y en base a lo que delineamos junto a Gabriela Culzoni, dentro de los objetivos de cada año, comienzan a aparecer las primeras ideas para hacer una preselección. El paso final que es el más complejo, es hacer que todo ese material que nos interesa por su calidad y considero que corresponde pueda participar. Después viene un proceso más complejo que es ver cada día, quienes pueden, si entramos en sintonía entre lo que esperan y lo que podemos brindar. Eso es lo más fino, ocurre en los tres o cuatro meses previos al festival, cuando estamos redondeando esas cuestiones. Entra el juego el Instituto Nacional de Teatro, a través del programa INT presenta y así es que seleccionamos cuatro espectáculos de ese catálogo.
- ¿Cuáles son las particularidades y diferencias de este festival con respecto a festivales anteriores?-
- Este año fue notorio el crecimiento en cuanto a espectáculos porque tuvimos un día más, de 17 o 18 espectáculos saltamos a 26. El salto cuantitativo nos exigió un equipo más firme, prever cuestiones de producción que este año puntualmente tuvimos un espectáculo en la quinta las Malvinas, una función en el Club de Autos Antiguos y en la Biblioteca Sarmiento. Esos espacios donde habitualmente no ocurre teatro requieren de un trabajo de producción bastante grande. Lo de la quinta las Malvinas fue un desafío muy grande, como también programar Baby Jane. Nosotros queremos que las obras se vean en el ámbito más ideal posible que podamos ofrecer. Esto implicó relevamiento de una cantidad de lugares, fotos, idas y vueltas, igual nos pasó con Juan Parodi para Rosa Brillando, vimos cinco lugares distintos hasta que finalmente logramos el espacio. Este año tuvo esa particularidad, el festival fue mucho más grande, implicó muchos más espacios donde hubo que generar el dispositivo técnico para que las obras puedan presentarse y el otro punto importante fue la subsede en Sunchales.
- ¿Cómo resultó lo de la subsede en Sunchales?-
- Fue una especie de prueba piloto, en Sunchales están todos muy contentos, pero sin dudas la realidad y el marco de cada ciudad es diferente. Creo que tenemos que hacer un esfuerzo por tratar de dilucidar qué es lo que esta comunidad en especial requiere y de qué forma. El festival de Rafaela está pensado para una comunidad que tiene una historia teatral, necesidades y expectativas y quizá en las comunidades cercanas, no son las mismas. Este año fue una prueba piloto a través de cuatro espectáculos que funcionaron super bien. La gente de Amigos del Arte que son los organizadores allá está muy contenta y aunque no tiene la potencia que vemos acá, ellos apuestan a que va a crecer.
- El Festival llega a su fin, ¿qué evaluación podés hacér?
- Creo que el resultado de lo que proyectamos superó las expectativas. Cuando ocurre lo de la apertura de la boletería cada año parece que va a ser insuperable, imaginamos siempre que más gente no puede venir. Sin embargo el sábado cuando se abrió la boletería una hora antes había una cola normal y, después se armó una cola que no terminaba nunca y pegaba la vuelta de la manzana. Entonces eso ya fue una señal para prepararnos porque vimos que se venía con todo. Las funciones salieron muy bien, el equipo de trabajo estuvo muy exigido porque en todos estos días estuvimos a pleno, pero salió todo super bien. Las salas estuvieron al máximo de su capacidad y en las vecinales también tuvimos una respuesta genial.
- A futuro y desde ahora en más después del Festival ¿cuáles son tus objetivos?
- Algo importante para rever es el concurso de coproducciones locales, creo que este año tuvimos la confirmación que -tal como lo imaginamos- no va a continuar porque este año fue un poco frustrante, hubo solo dos proyectos. Creemos que hay que revisar algo acerca de los teatristas locales, que necesitan o esperan o que es lo que el festival puede o debe ofrecerles. Creo que va a venir también un aluvión de las localidades vecinas, todas van a querer ser subsede, pero creo que no hay que perder de vista que es un festival encarado desde el Estado municipal, entonces si bien puede crecer hacia la región, no es el objetivo ser un festival regional. Tendremos que evaluar bien eso, ver como seguir con este paso que dimos con Sunchales y también tenemos que tomar una decisión con el paso que demos con la programación a nivel internacional. Nos están llegando propuestas de muchas compañías latinoamericanas que saben del festival, venimos coqueteando con la idea hace tres o cuatro ediciones de que el festival sea internacional, todavía no estamos preparados a nivel organizativo, pero creo que sería el paso lógico que haya en la programación 4 o 5 espectáculos internacionales.


Ana Paula Rosillo.
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Julio 2011.

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